Nuestro abrazo villero, nuestra sonrisa popular, nuestra perspectiva comunicacional en cada garganta poderosa no gritaría por acá sin las historias que nos precedieron y que hoy, aún entre tantos golpes, siguen siendo ejemplo del periodismo comunitario. Es por eso que les dejamos un discurso que no es discurso, unas letras en carne viva, una voz de muchas voces de parte de Alejandro Demasi, integrante de Fm La Tribu. Un compañero que nos regaló fuerzas tras 35 años de dignidad colectiva. Salú, compañeras y compañeros. Y gracias, de verdad.
«No es ninguna novedad que este gobierno de ultraderecha persiga a los medios comunitarios. Pero ojo, no es algo actual, ya pasó en varias etapas de la historia. Es claro que en cualquier tipo de cobertura que hagamos los medios, sea independiente, público o privado hay un efecto represivo que tiene como objetivo el adoctrinamiento y la instalación del miedo. Es el deseo del gobierno que se deje de participar, que se deje de contar. Javier Milei busca eso: un show represivo.
Hay un intento de asfixia a nivel económico. Es conocido, por ejemplo, el congelamiento de la pauta oficial. Le faltaba mucho a eso para ser regulado, sin dudas, pero desde acá pedíamos una ley de pauta oficial que deje claro los criterios de reparto de ese recurso. La pauta y muchas líneas de financiamiento, sin embargo, fueron frenadas.
Pero los proyectos nuestros no son los que persiguen el dinero. Un medio comunitario es una propiedad social. Más allá de la ausencia de la pauta o de los financiamientos, creo que el hecho de tener una organización comunitaria, territorial como lo tiene Fm La Tribu y muchos medios más en Argentina nos da un funcionamiento que es la clave para seguir sobreviviendo a pesar de los malos gobiernos. A pesar de que quieren que no existamos, organizarnos nos da experiencia, no digo que lo que pasa no nos influya, pero nos fortalece ante las tormentas.
Otro debilitamiento a los medios comunitarios es atacando lo que nos nutría: el voluntariado. La vida está cada vez más precarizada, necesitamos más tiempo para más trabajo, e impide participaciones comunitarias. Este debilitamiento indirecto a los medios comunitarios no es menor, está sucediendo cruelmente.
¿Qué rescatamos a 35 años de La Tribu? Todas las personas que hicieron o hacen La Tribu. No tenemos las mismas discusiones que los 90, el 2001 o el 2007 que ahora. Pero siempre tuvimos un mismo objetivo: que lo colectivo esté por encima de lo individual. Aunque eso no tiene que significar que hay que desatender lo personal, sino que somos conscientes que formamos parte de un colectivo de comunicación y cultura que camina para que esto no muera, siga existiendo.
Vivimos después de 35 años porque todas las personas que habitaron La Tribu y la habitan actualmente hicieron lo posible para que esto suceda. Queremos que todo continúe más allá de nuestros pasos. No es una trayectoria individual, lo construimos para que las gestiones del futuro tengan lo necesario para seguir sosteniendo una hermosa tribu que nació pensada por compañeras y compañeros en 1989, desde el corazón de su fundación».