28 junio, 2014
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La vuelta olímpica de la prisión

"Segunda chance"

"Segunda chance"...De todos los calvarios que proponen los servicios penitenciarios, la reinserción laboral sigue siendo el mal universal, dado que traza una línea de discriminación como meta de llegada para los que salen de prisión. Y Brasil tampoco es la excepción. A las humillaciones de los canas, las condiciones infrahumanas y las trabas propias del reencuentro con la sociedad, “se le suma que casi todos salen con niveles bajos de escolaridad”, según explica Daniela, que pudo terminar la escuela, que trabaja en la favela y que conoce la malaria, porque también fue presidiaria. Desde ese lugar, sin necesidad de teorizar, puede afirmar con certeza que “sólo aparecen laburos como auxiliares de limpieza, u otros trabajos con sueldos demasiado bajos”. Fuera del alcance, quedaban los sueños que hoy ofrece “Segunda chance’, una fuerza social lanzada a contramano de ese sistema penal cargado de tristeza, que no condena el delito, sino la pobreza. Aunque no salga en los diarios, 7331 presidiarios pasaron por la organización en los últimos 36 meses, y el saldo fue positivo con creces: 6544 saltaron de ese túnel tan oscuro a tener un buen laburo. Y no, no vas a enterarte que lo hicieron a través del arte, ni que el Afro Reggae se volvió el canal de esas oportunidades, gracias a la articulación entre las comunidades. Con distintos incentivos, como proyectos educativos, sociales y culturales, los morros se volvieron escenarios vitales para ese rencuentro del afuera y el adentro. Sin condición, la libertad los recibe con documentación, ya que desde el primer momento tienen vínculo con empresas ligadas al movimiento, además de una guita aceptable para tirar hasta cerrar un empleo estable. Y a su vez, un tratamiento psicológico apuntado a la búsqueda laboral complementa el curso de desenvolvimiento personal, que desemboca en un justo reconocimiento social. Pues al final deberemos entender que no es natural ese problema estructural que arrastramos desde el Paleolítico… Por lo pronto, todo preso es político.

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