21 junio, 2016
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Banderas en tu corazón

Decenas de niños entrenados para cantar “sí, se puede” y decenas de milicos entrenados para contestar “no se puede”, envolvieron ayer el acto por el Día de la Bandera en Rosario, donde proliferaron las insignias patrias, los uniformes, las invitaciones para que todos vayan, las vallas para que todos conozcan sus límites, los cascos nuevos, las cabezas ensangrentadas, los mástiles bien altos, los palazos bien fuertes, las lágrimas incontenibles, los gases lacrimógenos y esa típica gente que todo lo embarulla, queriendo acercarse a la plaza como si fuera suya. Pues parece que muchos escucharon a los pibes y les creyeron, pero no, al final no pudieron, porque una patria protegida de su propia población no es para cualquiera… Toda una vida, con la represión como bandera.

Perfume al filo del dolor.