Aún tenemos la cicatriz de los millones de litros de agua cianurada derramados aquel 13 septiembre del 2015 en nuestros ríos y de la hipocresía de aquellos que, no conformes con eso, quisieron hacernos creer que no se había producido contaminación en la comunidad de Jáchal. Luego de las pantomimas de la empresa y del gobierno sanjuanino, encabezado por el ex gobernador José Luis Gioja, mano derecha de la Barrik Gold, llegó un sucesor para seguir mintiendo: Sergio Uñac. Pasó un tiempo y cuando las cosas parecían calmarse, otro golpe bajo: nos enteramos que un niño tenía altos niveles de metales pesados en sangre. Nos heló el alma y constantemente nos preguntamos: ¿Cuántos de nosotros morimos, día a día, en silencio, sin saberlo, por la contaminación?
De nuevo el monstruo de la Barrick Gold nos pisó, pero no nos vencerá. El 19 de mayo en el Concejo Deliberante del Departamento de Jáchal, las autoridades decidieron dejarnos sin voto y voz, sin consulta popular y sin derecho a elegir a todos los vecinos. Y aun así, todos juntos seguimos resistiendo. Desde el acampe “Asamblea Jáchal No se Toca”, con lluvia y viento realizamos actividades los 13 de cada mes, con el apoyo de los compañeros de Capital, para decir basta a la explotación minera a cielo abierto. Y si eso queda chico, cada viernes en caravana repudiamos todos los daños que nos producen. El 25 de mayo se realizó una caminata pacífica en la que pasamos por la casa del intendente y de los concejales que se abstuvieron de votar en el proyecto de iniciativa de consulta popular de mega minería Sí o No, en la cuenca hídrica del departamento. En todo momento, nos acompañaron las Fuerzas de Seguridad. A pesar de ser una caminata pacífica, los funcionarios denunciaron a los asambleístas por disturbios en propiedad privada mientras que el intendente los acusaba con el Ministro de Seguridad Fariña, por violencia y desacato. Tras confirmar que realmente la marcha fue tranquila, de igual modo el ministro rodeó el acampe con la Infantería.
“No nos vencerán, no nos dejaremos abatir por ese monstruo ni por ninguna megaminera que venga a arrebatarnos nuestra tierra”, asegura con firmeza Eliana Laredo, vecina e integrante de la Asamblea. Y agrega, con lamento: “Los días de lluvia se inundan las calles y nuestras casas. Hay oro, pero no asfalto y hay agua, pero no es potable. Eso nos obliga, día a día, a comprar bidones de agua mineral para consumir. La gente tiene miedo, no quiere tomar más el agua corriente. Mientras los medios provinciales deciden mirar para otro lado. Las autoridades quieren ponernos en contra de los trabajadores, es impensable lo que han hecho: fundaron rabia entre sanjuaninos. No tenemos nada en contra de los trabajadores, nosotros queremos que no pierdan su laburo. Queremos que se les dé uno mejor, porque ya sabemos que cada empleado que sale de ahí, no vuelve como antes. Luchamos por la vida de ellos, de nosotros, de nuestros hijos y nietos”.
Durante el acto del 265º Aniversario del Departamento de Jáchal, celebrado el 25 de junio, los miembros de la Asamblea fueron perseguidos y acosados por policías de civil, Fuerzas de Seguridad y personas no identificadas. Las madres de nuestros compañeros de lucha debieron abandonar el lugar por tanto hostigamiento y acorralamiento de personal de custodia. Y como la espera es desgarradora, mientras el intendente Miguel Vega solicitaba al gobernador Uñac obras por agua potable, un poderoso joven vociferó: “Acábenla con tanta minería”. Al instante fue detenido y sacado del lugar del discurso, pero un mes después su frase hace eco para resumir el clamor de tantos inocentes que se enferman y mueren.
Hoy nos quedan la bronca, la impotencia, la resistencia y el aguante, porque el pueblo aún lucha y espera los análisis que nadie quiere pagar. Todos los días, hace diez meses, tenemos una Jornada Mundial contra la Megaminería: hemos pisado miles de oficinas y cientos de calles. La caravana “Los Andes del Mar” reclamó ante el Instituto Argentino de Nivología y Ciencias Ambientales por la Ley de Glaciares y la prohibición megaminera. Y por si les faltaba información, nos juntamos con la Defensoría del Pueblo de la Nación.
Son 305 días de contaminación y silenciamiento. Más de una década del embarco de la Barrick Gold en San Juan que, como tantas provincias le pone pecho. Los hostigados, perseguidos y abandonados repudiamos la megaminería a cielo abierto y gritamos con nuestra garganta en las caras de todos los gobernantes: Merecemos una vida digna: ¡Fuera toda empresa megaminera de San Juan, de Argentina y de América Latina!