Nunca les importó el agua que me entró, que creció y me ahogó.
Nunca les importó el agua que se llevó a la gente que tengo en mi corazón.
Nunca les importó el agua que embistió, destrozó y pudrió mi presente. Años de trabajo, de esfuerzo y garra tapados por el Salado.
Mi barrio y mi ciudad están cubiertos de desidia, y de sus intereses dementes y sucios.
Como siempre, la organización y cooperación entre la gente nos salvó.
Corrimos, con nuestra vida inundada, hacia una cruel incertidumbre.
Cada relato espanta, cada recuerdo duele y queda impregnado en la historia de cada santafesino y cada vecino la injusticia en carne propia.
Desesperación, centro de evacuados improvisados, enfermos, desaparecidos, pérdidas…
Dolor.
Los responsables se lavaron las manos en el agua que nos inundó.
El pueblo santafesino sigue exigiendo justicia, el pueblo recuperado y empoderado exige justicia, aún 14 años después no nos permitimos olvidar lo que quieren borrar. La historia se escribió en esa inundación, todavía hoy sale a flote el recuerdo de lo que sucedió y nunca les importó.
En la vigilia del 28, cuando la noche deja de ser oscura para convertirse en un abrazo tibio y compañero, nos encontramos en la Plaza 25 de Mayo en Santa Fe, para darnos fuerzas en esta lucha y sumar mas corazones.
Reutemann, Álvarez, Fratti y Berli, ¡ahora el agua al cuello la tienen ustedes!
Santa Fe no olvida y cada 29 de abril, juntos en la plaza, vamos a gritar más fuerte:
¡Justicia, Juicio y Castigo a los Inundadores!