29 diciembre, 2017
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MI ÚNICO HÉROE

 

 

* Por Mariana Sánchez, mamá de Nazareno Vargas, asesinado por las fuerzas de seguridad.

 

 

La madrugada del 30 de julio de este año asesinaron a mi hijo Nazareno Vargas y su amigo Agustín Curbelo, horas después vino a la puerta de casa un patrullero para saber si yo era la mamá de Naza y llevarme a la comisaría.  En el camino no me querían decir qué había pasado, pero cuando llegué a la 1ra de Merlo un comisario, con toda la impunidad, me dijo  “Buen día señora, lo lamento mucho”. Yo sólo iba a buscar a mi hijo, y no entendía nada hasta que entró mi hermano con lágrimas en los ojos. A los minutos llegó el papá de Agustín y la secuencia fue la misma, “Lo lamento mucho” decían. Nos informaron que Nazareno tenía 4 impactos de bala y Agustín 5 pero que no se sabía nada más y que se iba a investigar. Quedé en shock, no entendía cómo podía ser si hacía unas horas Naza estaba cenando conmigo en casa, y ahora tenía que apurarme para velarlo.

 

Era mi segundo hijo, el del medio entre dos nenas. Un pibe super alegre, que no paraba de hablar nunca y que le ponía apodos a todos los amigos. Te sacaba una risa en el peor momento pero también era gruñón,  así como se reía fácil, se enojaba. Solía juntarse con los pibes a comer unas pizzas y jugar a la play. Siguen pasando los días y los chicos lo siguen recordando de la misma manera. Se juntan en casa y hacen comilonas. “No nos vas a sacar más de encima, nos sentimos re bien cuando estamos acá, sentimos que Naza sigue estando”, me dicen, y algunos hasta se quedan a dormir. Creo que es su manera de expresar lo que sienten, todavía es muy reciente para todos.

 

El fiscal que tomó el caso era el Dr. Rappazzo de la fiscalía 7 de Morón, quien me dijo que todo indicaba que la policía estaba involucrada pero que había que esperar testigos y pruebas ya que los denunciantes eran ellos mismos. Y es todo muy raro, porque el pibe que denunció un robo, volvió 2 días después a sumar un celular a la denuncia; en la foto, el cuerpo de Naza no está en la misma posición que dijeron los testigos y a las cámaras de la zona no se les pudo sacar material porque estaban “en vivo” y el último registro es a las 2:55am, 5 minutos antes de que los mataran. Según los vecinos, que no quieren declarar por miedo, la policía revisó todas las cámaras esa mañana.  Lo único seguro son los 11 tiros de un arma 9mm y que 9 de esos tiros dan en los cuerpos de los chicos, y que si mi hijo estaba robando, nada justifica ese accionar.

 

La municipalidad deja mucho que desear, el intendente Menéndez nos recibió una vez y nos mintió en la cara diciendo que estaba con nosotros y a disposición de lo que necesitemos. Pero tanto él como Marcela Maidana,  directora de DDHH, no aparecieron en ninguna de las actividades a las que los invitamos. Sin embargo, no nos dejaban pegar afiches y pusieron muchas trabas cuando queríamos difundir el caso. El mismo Menéndez se lavó las manos diciéndonos que la policía no la maneja él, que viene del gobierno de Provincia y por eso no puede hacer nada.

 

A pesar de todo, nunca me quedé quieta, cuando se hizo la marcha contra el gatillo fácil, hacia 28 días que habían matado a los chicos y no dudé en ir. Entendí que cualquier persona que no pasó por lo mismo que vos, te puede dar palabras de aliento, pero en cambio estas mujeres vinieron y me abrazaron sin hacer preguntas.  “Lamentablemente, tenemos que darte la bienvenida”, me dijeron. Y desde ese día estamos juntas en cada marcha por cada pibe, porque nuestros hijos no vuelven más, pero tenemos que luchar para que dejen de arrancárnoslos así. El pueblo tiene que estar más involucrado, tiene que poder controlar las decisiones y acciones de las fuerzas de seguridad, que nos tienen que cuidar, no matar. Por eso, mañana los invitamos a una jornada en  pedido de justicia en Cámpora esq. Alsina, Merlo norte desde las 18hs, no sólo por Naza y Agus, sino por todos los pibes de Merlo.

 

Cuando vi a mi hijo en el cajón, le juré que no iba a parar hasta hacer justicia. Eso lo sostengo todos los días, Naza era mi único héroe y lo extraño horrores. Por él no voy a parar de luchar.