28 octubre, 2019
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No cambiemos nunca más

 

 

¿Y ahora? ¿Y ahora qué pensamos? ¿Y ahora qué decimos? Lo mismo, lo mismo que gritamos y volvimos a gritar durante 48 meses, todas esas veces que nos quisieron demonizar, antes, durante y después de votar: que tanta hipocresía nos dio ganas de vomitar, que no alcanza con Gendarmería para gobernar, que no bastaron sus balas para toda la gente de abajo, que hasta el presidente se quedó sin trabajo, que su joya patricia de amor ya no tendrá el honor de matar, que pronto compartirá celda con Chocobar, que Triaca resultó un bufón demasiado serio, ¡que hicieron comisaría su Ministerio! Que cerraron otros nueve, que Zavaleta se inunda cuando no llueve, que acá flotamos de alegría, que cierran 50 pymes por día, que la matriz neoliberal se desborda, que reprimieron al país como reprimieron al Borda, que confundieron Estado con inmobiliaria, que votaron al millonario y ganó la malaria, que justito ese tipo se llevó tu salario a un paraíso fiscal, que trajo al mejor equipo del Fondo Monetario Internacional, que vimos caer el derrame de la teoría, que recoger una berenjena se volvió una utopía, que no saben hablar sin libretos, que se pusieron a jugar con tus nietos, que casi todos eran burros, otros eran cagones y los demás eran malos, ¡que nos endeudaron en 46 mil millones de palos!

 

 

Que intentaron abrir las jaulas de los genocidas, que bolsonarizaron 1303 vidas, que se olvidaron de ajustar la conciencia, que se cansaron de apalear a la ciencia, que son negacionistas de su propio negacionismo, que contratan porristas a nombre del periodismo, que allá viene el segundo semestre implorando perdón, que llegaron antes las pibas de la liberación, que asoma una nueva camada del campo popular, que los jóvenes no entran a la política para chorear, que supimos respetar las diferencias, que aprendimos a cuidar nuestras coincidencias, que debemos chicanearnos menos, que llegó el tiempo de abrazarnos con los chilenos, que nos volvamos hermanos y hermanas, ¡que también somos haitianos y ecuatorianas! Que la RAM no bombardeó ni las redes, que los terroristas eran ustedes, que la vil contracultura vio la tarjeta roja, que hay 10 mil clubes en la cuerda floja, que regaron hipotecas desde sus atriles, que asfixiaron bibliotecas y orquestas infantiles, que no pudieron erradicarnos, que sugirieron dinamitarnos, que nos tiraron con todo su aparato represivo, ¡que nos armaron una causa en vivo!

 

 

Que caer en la escuela pública les vendría tannn bien, que ojalá los educara Sandra y los recibiera Rubén, que la emergencia sanitaria se volvió terminal y urgente, que reprobaron la paritaria nacional docente, que nos usaron en experimentos, que nos dejaron sin medicamentos, que diluyeron las jubilaciones con total impunidad, que amputaron las pensiones por discapacidad, que aquí no se acaba el archivo de la historia real, que Santiago sólo escapaba de un operativo ilegal, que llevamos su sangre debajo de nuestra piel, ¡que somos el hambre de Rafa Nahuel! Que miles de pi chetos pegaron un puesto, que nadie salva vidas con este presupuesto, que odian los besos y detestan el placer, que destinaron 11 pesos para cuidar a cada mujer, que cavaron un precipicio para ningún empresario, que todavía lo apodan Servicio Penitenciario, que parece un centro clandestino de hipocresía, ¡que pregunten en Pergamino y Esteban Echeverría! Que Kosteki y Santillán continúan siendo noticia, que seguiremos junto a sus familias exigiendo justicia, que no somos votos de ningún santo, que mejor morir croto que vivir para Monsanto, que Lewis y Benetton colorean cada día su desmonte, ¡que pague la Policía de San Miguel del Monte! Que la Justicia no pueden ser Stornelli y Bonadío, que Zacarías «se murió de frío», que Macri y Piñera siempre fueron lo mismo, que vivan los pueblos y muera el individualismo, que nos deben jardines en todos los municipios, ¡que se llevaron el Fines y también los principios! Que no se les cae una sola propuesta que zafa, que sus encuestas fueron otra estafa, que nos degolla esa mano dura, que olla tras olla se prendió con basura, que hicieron un pedestal a nuestras costillas, que la violencia ambiental mata villas, que no alcanza rescatar foquitas contaminadas, que la gente muere joven en todas nuestras barriadas, que ya no hay sobremesa ni merendero ni clemencia humanitaria, ¡que se fue Pobreza Cero y llegó Emergencia Alimentaria!

 

 

Que son croupiers arrogantes de la timba financiera, que tu mundo sin inmigrantes qué cosa fuera, que te toman por rati o te toman por bobo, que son los gerentes de Rappi y Glovo, que «la TV Pública nunca fue tan plural», ¡que primero la vaciaron y no la ve ni Vidal! Que la desocupación superpobló nuestros barrios, que la inflación nos infló los ovarios, que no paga el comensal por la mierda del cocinero, que se queden tranquilos Campanella y Casero, que nunca olvidaremos sus inolvidables vueltos, que fueron Intratables, que fueron Animales Sueltos, que hicieron prensa para la cana, ¡que somos fuerza latinoamericana! Que los cobres fundieron la posverdad, que los pobres protegieron la universidad, que venga un procurador general y mejor por abajo, que si yo soy Eduardo Casal me rajo, que dejaron la Justicia en manos de sus fans, que seguimos luchando por el cupo laboral trans, que legalizaron la falta de comida, que «vagas y choriplaneros» batallaron por su propia vida, que Carrió es la gracia de sus capitales, que no es democracia el método Morales, que no tercerizamos nuestro respeto, que nos vamos a morir en las antípodas de Magnetto, que el Newman debería explicar esta siniestra bestialidad, que ya nadie niega nuestra plurinacionalidad, que ahora sí se ve, que marichiweu, que la prebenda encontró su techo, ¡que la vivienda será un derecho! Que se acaba esta gestión decadente, que nos dejan el corazón bien caliente, que convirtieron la grieta en el peor precipicio, que Larreta será por siempre Mauricio y que nunca, pero nunca pudieron, ni podrán, contra todas esas voces indígenas que hoy más que nunca reivindicamos.

 

 

Ustedes no se van,
¡los alienígenas los echamos!