Salta Forestal está ubicada en el Departamento de Anta, a 300 kilómetros de la ciudad capital. Las 296 familias que vivimos aquí lo hacemos en condiciones producidas por un abandono total del Estado, que solo se hace presente durante las campañas electorales pero nunca a través de políticas públicas. Y así como las estadísticas, los recursos, la tecnología y los derechos, en el mejor de los casos, llegan tarde; el hambre, la pobreza y la indigencia llegan siempre primero, como en muchas localidades olvidadas del interior de nuestra provincia.
Las cifras nacionales son escalofriantes, pero las provinciales ¡son aún peores! Según el INDEC, mientras la pobreza en el país aumentó 8 puntos durante el primer semestre de este año en comparación con el mismo periodo del 2018; en el territorio salteño subió 15,4 puntos, pasando del 26,4 al 41,8 por ciento, alcanzando a 4 de cada 10 personas. Y, de acuerdo con los mismos datos, 108 mil habitantes son indigentes.
Nos falta de todo: acceso a la salud, a un trabajo digno, a la educación, a la recreación, alumbrado público y agua potable. Pero escupimos estos datos y párrafos para dar testimonio que nos urge lo más básico: alimentos para el merendero donde a diario comen más de 100 niñas y niños. Día a día la emergencia alimentaria se refleja en la necesidad de más y más familias que viven en situación de calle. A diario hacemos malabares, amasamos y estiramos lo que tenemos. Es la única forma para que todas y todos los niños que vienen, número que crece mes a mes, se vayan con algo en la panza. Es el modo en que nos sostenemos para no caer, no aflojar ni tirar la toalla, lejos de las cámaras y de la Casa de Gobierno.
Presentamos una nota a la municipalidad de Joaquín V. González y al Gobierno Provincial sin obtener ninguna respuesta. Pedimos audiencias, ayuda y que nos escuchen, pero no tienen tiempo para esta población rural. Quieren negar que existimos para omitir que estamos cada día peor. Necesitamos tu ayuda y tu mirada puesta acá por un ratito; ante la indiferencia planificada, solo nos salvará la comunidad solidaria.
