Sin ser arqueras, en el barrio La Rinconada de Tucumán vivimos custodiando los cinco postes que amenazan con caerse sobre la calle Camino de la Virgen, a una cuadra de la escuela Felipe Bertrés y a dos cuadras de nuestro poderoso merendero. Sin ser arqueros, atajamos el abandono del gobierno provincial que jamás llega al área y la responsabilidad de EDET, la Empresa de Distribución Eléctrica de Tucumán que en diciembre se comprometió a solucionarlo en 72 horas, pero solo fue un amague.
Si se cayeran los postes, el riesgo de explosión sería grande y de las 300 familias que somos, alguien podría electrocutarse. Además, quedaríamos sin luz 200 viviendas, incluida la escuela. Cualquier viento o tormenta podría tirar el tendido eléctrico al barro, que debería ser asfalto.
Nuestra mejor forma para salir de abajo es que dejen de gambetear.
¡Y que recojan los guantes!