Cada 27 de febrero hay un ejemplo que sigue naciendo, hace 54 años. Claudio «Pocho» Lepratti nos enseñó que hay que poner el cuerpo, la cabeza y el corazón para que una lucha justa nos trascienda. Un 19 de diciembre de 2001, la Policía disparó impunemente, tiró a matar, apuntó justito a la garganta, pero su grito se multiplicó y echó raíces. Lo quisieron silenciar, pero sigue presente porque supo sembrar conciencia y rebeldía.
Hoy celebramos su vida, con su dignidad y su alegría.