24 junio, 2020
, Chubút

«En Chubut hace dos semanas cobramos abril»

La prioridad para el pago de salarios la tienen los trabajadores de Salud”, asegura el gobernador de Chubut, Mariano Arcioni, principal responsable de que recién hace dos semanas las y los trabajadores estatales hayan cobrado ¡el sueldo de abril! Sí, en plena pandemia y propagación del cinismo, se arrastra una deuda de dos meses y la incertidumbre por saber cuándo pagarán las paritarias acordadas en 2019. Andrea Leonett, delegada del Sindicato de Salud Pública, se indigna al escucharlo: “Es una tomada de pelo constante; no sabemos si realmente vive en otro mundo o se nos ríe en la cara. Quienes primero cobran son los policías, no la salud pública. Sinceramente, ¿cuál es su prioridad hoy?”.
Esta provincia “en quiebra”, según el juicio de propios ministros, vive una situación crítica: cada vez menos aplausos, menos plata y menos paciencia. Es imposible no gritar cuando las injusticias te lastiman tanto: nadie se acostumbra a la indignidad, como aquellos 50 mil laburantes del Estado que tampoco habían visto siquiera un peso del sueldo de febrero. “El ministro de Salud, Adrián Pizz, no sale a dar la cara y mucho menos a defendernos. En estos días va creciendo exponencialmente la curva de contagios, porque tenemos 23 casos nuevos diarios”, advierte Andrea.
Mientras surgen las especulaciones de cómo será julio por la falta de certezas de cuándo se cobrará mayo, literalmente se cae el techo del centro de salud dependiente del Hospital Zonal de Trelew, entonces resulta imposible garantizar una óptima atención aun en el marco de la emergencia sanitaria. Cuando entre escombros buscás una respuesta que nunca llega y que siempre prometen, debés hacerte escuchar de algún modo: “Varias trabajadoras de la salud estuvimos 14 días encadenadas al Ministerio, después sostuvimos por ocho días una huelga de hambre líquida, más 36 horas de huelga de hambre seca. Todo ese tiempo los funcionarios pasaban al lado nuestro y ni siquiera nos miraban a los ojos”.
Ojo, eh, no vayan a creer que es el único delantal manchado por la indiferencia; basta con prestarle un poquito de atención a los gritos de Natalia Piñero que llegan desde Pietrobelli, Comodoro Rivadavia: “Numerosas veces me he cuestionado la elección de mi profesión porque tengo 38 años, le dediqué 13 a la docencia y nunca me sentí valorada por el sistema educativo vigente. Nunca fue por sentir que mi vocación era otra, sino porque es angustiante verme siempre basureada, pisoteada y ninguneada por el poder político de turno, a quienes les vivimos rogando lo que merecemos por ley”. Hace dos años soportan el pago salarial “escalonado”, aunque no sube nunca, y el frío en las escuelas que no tienen gas ni calefacción, aún con la creación de la Secretaría de Infraestructura Escolar en 2019. La desidia cala hondo en Chubut, a tal punto de que distintos Ministerios no le pagan a quienes laburan a destajo.
Háganse cargo,
o váyanse al carajo.

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