Una de las desigualdades que salió a la luz con más fuerza debido a la pandemia es la dificultad de tener la educación garantizada en nuestros barrios. Es que se hace muy difícil sostener clases virtuales si no contamos con internet, si no tenemos computadoras o si tenemos que compartir un único celular entre toda la familia para leer un apunte. En Barrio Chalet, en la Ciudad de Santa Fe, entendimos una vez más que la salida es colectiva. La semana pasada comenzó a funcionar en nuestro Centro Cultural «Marielle Franco» un punto de acceso a internet gracias a la campaña #ContagiáConectividad para que todo el barrio pueda conectarse. Además, desde el espacio de educación popular nos organizamos para acompañar los trayectos educativos de quienes debían materias de la escuela secundaria y, aún en un contexto tan complicado, pudieron rendirlas y tener su título.
Una de ellas es Vanesa Montenegro, de 30 años, vecina del Barrio San Lorenzo, pegado a Chalet. “Yo no tuve ni mamá ni papá, fui criada por mis abuelos. Cuando llegué al secundario, ellos ya estaban grandes y enfermos. Tuve que aprender muchas cosas para cuidarlos: colocar inyectables, tomar la presión, el azúcar. Sin un título es muy difícil conseguir trabajo, entonces tuve un trabajo informal; lo hacía 24 o 36 horas seguidas, hasta hace un año cuando quedé embarazada. Decidí retomar los estudios porque una de mis compañeras contó que lo había logrado y me dio esperanzas. ¡Tenía previa matemática de tercero y la rendí con 9!», cuenta.
Lucrecia Benítez, de 28 años, vecina del Barrio Fonavi de San Jerónimo, agrega: “En 2006 empecé la secundaria y la terminé en 2012 pero me quedó una materia previa. Fue bastante complicado porque estando embarazada me agarró un ACV, mi nena nació prematura, estuve una semana en terapia y dos meses recuperándome. Después no conseguí por no tener un título, hasta que empecé en la cooperativa de panificación de La Poderosa. Quería terminar la escuela, pero no tenía con quién dejar a mi hija; gracias al acompañamiento de mi asamblea tuve la oportunidad”.
Queremos enterrar las falacias de la meritocracia y por eso afirmamos una vez más que para estudiar hacen falta tener los derechos básicos garantizados. Así como también, ahora más que siempre, acceso a la conectividad y el apoyo colectivo para que nos acompañen en este camino, por eso son tan necesarios los promotores educativos. Para que todo esto se haga realidad en nuestros barrios y seamos cada vez más las vecinas y vecinos que podamos celebrar nuestro título en mano, vos también sumate a colaborar: #ContagiáConectividad.