28 octubre, 2020
, VILLA 21-24

RATAS DE CIUDAD

La Villa 21-24 es un criadero de ratas: las demoliciones de algunas casas para las relocalizaciones del Instituto de Vivienda de la Ciudad, generaron cientos de nidos y ahora hay plagas, pero tenemos un problema aun más grande: ¡desde diciembre que el barrio no se desratiza!

Resulta confuso que las mordeduras de ratas no sean un ítem en las historias clínicas del sistema de salud de la Ciudad de Buenos Aires, porque en nuestros pasillos hay decenas de historias de niños y niñas con los labios marcados o con cicatrices en las mejillas. Sí, nos muerden mientras intentamos dormir o de madrugada, como a la hija de 5 años de Yeila Moyano: «Una rata le mordió el dedo de la mano y también los pies, ya van seis veces. Siempre que le pasó, terminó sangrando».

Imaginarlas caminando entre las sábanas se vuelve la peor pesadilla, si es que nos toca pegar un ojo, porque solemos turnarnos, como Yeila con las dos personas adultas con quienes convive, que hacen guardia para cuidar a los seis chicos de la casa: «Tratamos de rotar; una duerme de día, otra de tarde y la tercera de noche. Intentamos estar muy pendientes porque a los nenes los muerden en la cama».

Hubo un tiempo, hasta inicios de este año, que el Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat repartía cebaderas casa a casa, al fondo de la 21-24, para erradicar el problema. Pero estos meses fue muy notorio el aumento de roedores que nos invadieron. Nuestra bronca es, fundamentalmente, por las excusas que recibimos: la Secretaría de Desarrollo Urbano de la Ciudad de Buenos Aires se justifica diciendo que sólo desratiza espacios públicos y que únicamente a través de una orden judicial puede actuar de manera intradomiciliaria. ¡Pero acá no laburan ni afuera ni adentro de casa! Pura sarasa, nula empatía, muchos peros. Y después las ratas somos los villeros…