¿Cómo no sentirlo? ¿Cómo no llorarlo en los pasillos de nuestra humanidad? A tres años, todavía luchamos por la verdad, contra la persecución de la Policía, mientras exigimos el juicio postergado y denunciamos el hostigamiento reiterado. Nos abrazamos con Mercedes del Valle, abuela de Facundo Ferreira, que no pudo volver a contarle sus cuentos: «Nadie me puede llenar este vacío, ¡era tan cariñoso conmigo! Extraño cuando venía y me traía caramelos de gomitas y me los ponía en la boca, no olvido esos momentos». Sólo tenía 12 años cuando lo mató la Policía tucumana y sus ojos se apagaron… ¡No saben qué soñador se llevaron! «Él quería ser como Messi. No me decía abuela, sino mamá, y me repetía: ‘Cuando sea grande, vas a tener una casa enorme, y a todos los chicos del barrio los voy a ayudar'».
Hoy también, Facu.
Te queremos abrazar