Imposible no ver a una niña traviesa cuando la mirás a los ojos, aunque detrás de sus anteojos se esconda una mujer de 70 años. Desde la vecindad a cada villa, pasando por toda Latinoamérica, la Chilindrina dibujó sonrisas en las personas, y ahora gritó en la tapa de nuestra revista: “Siempre podemos hacer algo por los demás, y eso es maravilloso”.
Nació en una familia de trabajadores, y antes de cumplir seis años ya estudiaba baile: “Mis padres tenían dos tienditas y no había lujos; más bien vivíamos en una vecindad, muy al estilo del Chavo”. En 1973 comenzó a trabajar en la compañía de Chespirito: “Él nos enseñó que lo importante no está en una sola persona, sino en el trabajo de equipo”.
Con los mismos valores que sustentaban la vida en la vecindad del Chavo, la Chilindrina le dedicó unas palabras a las mujeres que, con el trabajo comunitario, sostienen a su comunidad: “Que ayuden a otras personas en forma altruista es algo que todos debemos admirar”. Y habló también sobre el lugar en el que queda relegada la mujer a partir de los mandatos de género: “Hay muchos hombres muy machistas, que no dejan que las mujeres se dediquen a nada más que el hogar. Sin embargo, muchas también salimos a trabajar para que los chicos puedan comer o estudiar”.
Hoy sigue luchando para que los derechos de niñas y niños sean garantizados: “La mayoría de los niños no son escuchados, porque los adultos creen que no merecen atención. Pero debemos escucharlos para poder ayudarlos y entender qué les gusta”. Una de las batallas incesantes que ha dado durante toda su vida fue la prevención del abuso sexual en niñas, niños y adolescentes: “Los abusos sexuales son una gran tristeza, sobre todo porque suceden con gente muy allegada a la familia”.
Antes de despedirnos, nos contó dos de sus deseos por cumplir. ¿Qué haría la Chilindrina si pudiera teletransportarse hoy mismo y aparecer acá en Argentina? “Comería un choripán en la calle, ¡me fascina!”. ¿Y le queda algún sueño pendiente? “Es simple, quisiera ser por siempre la Chilindrina y seguir gustándole a la gente”.