De los creadores de “caer en la educación pública” y “los pobres no llegan a la universidad”, llega un nuevo concepto PRO en materia de educación. Soledad Acuña, la ministra de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, dice que los chicos se pierden en los pasillos de las villas, pero se equivoca. Nosotros vivimos en el laberinto de las injusticias y los derechos incumplidos, de las políticas educativas excluyentes y la falta de vacantes: cada año, los cupos son insuficientes y el Estado no brinda alternativas para quienes no podemos pagar una cuota en una institución privada.
Este año, más de 30 mil niñas y niños no tienen escuela en la ciudad. Las dificultades en el acceso a la educación son una realidad en nuestros barrios, y el gobierno de la Ciudad es responsable. La ministra también lo admite, al decir que la situación hoy sería más fácil si se hubieran tomado decisiones hace dos años; pero en lugar de garantizar la conectividad en los barrios empobrecidos para que podamos estudiar, prefirieron seguir desfinanciando: en los últimos diez años, el gasto en educación pasó de representar el 26,7% a tan solo el 19,5% del presupuesto total.
¿Los villeros? Seguimos gritando lo mismo que antes: necesitamos más escuelas, y más vacantes.