Las consecuencias de una descarga eléctrica son desde quemaduras graves, dolor y contracciones musculares, daño del sistema nervioso, convulsiones y pérdida del conocimiento, hasta la muerte misma.
En más de 70 barrios populares convivimos con cables sueltos y en mal estado, tendidos eléctricos sobrecargados o falta de medidores de luz. Estos son los factores que potencian incendios, generan pérdidas materiales irreparables y nos dejan al borde de la muerte todos los días.
Debido a las altas temperaturas que padecemos en el verano, el riesgo eléctrico se incrementa más y más.
¡Necesitamos tendidos eléctricos seguros, ya!