En México, las estadísticas sobre asesinatos a trabajadoras y trabajadores de medios de comunicación son escalofriantes. Aunque las cifras difieren, todas coinciden en que el último año fueron más de 10 reporteros asesinados, lo que convirtió al país en el más peligroso del mundo para ejercer el periodismo.
Según Reporteros Sin Fronteras, 11 periodistas fueron asesinadas y asesinados el año pasado, lo que ubica a este país por encima de la cifra de Ucrania, que se encuentra en guerra con Rusia. Por su parte, la Secretaría de Seguridad Pública y Ciudadana del gobierno (@sspcmexico) registró 13 homicidios, y la @unesco_es computó 19: nueve de ellos han sido investigados como hechos contra la libertad de expresión. Hasta octubre del 2022, solo en uno de los hechos se condenó a los responsables.
Pedro Cárdenas, coordinador de Protección de Artículo 19, una organización dedicada a la defensa de la libertad de expresión, dijo: “En 2022, si bien hubo 17 trabajadoras y trabajadores de la prensa asesinados, nosotros registramos a 12 porque están vinculados directamente con su labor periodística. Justo con 2017, el año pasado fue el más letal en la materia”.
“Ocho de los 12 periodistas que nosotros tenemos registrados cubrían temas de política y corrupción. Es decir, más de 66%; tres reporteros trabajaban temas de seguridad y Justicia, y había quienes reportaban hechos culturales, sociales, de medio ambiente y conflictos de tierra”, explicó Cárdenas.
“El Estado, además de tener medidas reactivas de protección con algunas familias y algunos medios de comunicación, comparte información poco transparente y las investigaciones siguen en proceso. Siempre se habla de los autores materiales y no intelectuales”.