Desde que asumió su tercer mandato como presidente de Brasil, el 1 de enero, Lula tomó una serie de medidas para diferenciarse de Jair Bolsonaro. Acá van algunas de ellas.
En su primera semana, Lula firmó 13 decretos presidenciales, especialmente en materia de armamento y de medio ambiente.
Habiendo heredado un país en crisis, una de las primeras medidas que tomó fue volver a implementar “la Bolsa Familia”, el programa social que permitió la salida de la pobreza de millones de brasileños en sus primeras gestiones.
Su gobierno relanzó el Programa de Adquisición de Alimentos (PAA) para fortalecer la agricultura familiar y garantizar la seguridad alimentaria de la población. El plan permite a los organismos públicos comprar productos a agricultores familiares registrados oficialmente a precios compatibles con los del mercado.
Firmó un decreto en el que instruye que al menos 30% de los cargos de confianza en la administración pública a nivel federal sean destinados a personas negras y mestizas.
Volvió este lunes “Mais Médicos”, un programa creado en la gestión de Dilma Rousseff para paliar la carencia de profesionales sanitarios en zonas pobres y aisladas, y que fue desatendido por el anterior gobierno ultraderechista.
Restituyó el programa habitacional “Minha Casa, Minha Vida” con la entrega de 684 viviendas en Santo Amaro, en el estado de Bahía, de un total de dos millones que se espera otorgar.
Por otro lado, el Congreso construye una gran alianza que busca aumentar los recursos destinados al gasto social y aprobar una Reforma Tributaria para acabar con el desequilibrio fiscal.
En ese contexto, las favelas exigen que se aceleren todas las medidas necesarias para mejorar las condiciones de vida, combatir el hambre, la violencia institucional, el racismo y la pobreza. El compromiso de Lula y la rápida acción para garantizar mejores oportunidades vuelcan nuevos aires de esperanza en el continente.
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