«Estamos ante el avance de una ultra derecha neofascista que tiene como objetivo frenar al feminismo por sus logros: mostrar que luchando se pueden conquistar derechos, y muy particularmente, las denuncias de abusos sexuales», por Luciana Peker.
Hay un retroceso muy grande y disciplinador, y se siente todavía más fuerte en las mujeres y las y los adolescentes de barrios populares. Se siente en la cantidad de horas que tienen que esperar para que tomen su denuncia y con la falta de posibilidades de poder hacerlo. El Estado dice “denunciá” y “sean valientes” pero no las cuida. Les están diciendo que tienen derecho a hacer uso de su sexualidad pero que si las abusan no las van a acompañar en el proceso de denunciar y defenderse.
Y lo que quieren es frenar, disciplinar y castigar a las que hicimos cambios que hoy ya están instalados; frenar que las periodistas podamos escribir con libertad de expresión, y concretamente, las denuncias de abusos sexuales.
Hoy lo que está en juego es mucho más grave que fallos judiciales adversos, hacen retroceder la Justicia y judicializar a las y los que hablan. O sea, lo que está en juego no es solo la posibilidad de denunciar los abusos sexuales, sino directamente de poder hablar.