El club El Torito está ubicado en el barrio La Cerámica, en la Zona Norte de Rosario, y en la entrada tiene la cara de grito de gol de un campeón del mundo y uno de los jugadores más queridos de la selección argentina: Ángel “Fideo” Di María.
¿Cómo vive el club de un campeón el contexto de violencia que atraviesa la ciudad?
Germán Ángel es el presidente del club y como primera aclaración, desmiente una noticia falsa que circuló en portales locales y de todo el país: “Nosotros no recibimos ninguna amenaza, los medios tomaron eso y es un tema delicado en Rosario. Decidimos suspender por dos días los entrenamientos porque el barrio estaba muy convulsionado por el asesinato a dos chicos. Así que paramos por precaución, es todo una gran psicosis donde a veces se mezclan las cosas”.
Son 600 pibas y pibes que asisten a El Torito, donde encontraron un espacio de contención y que también da respuesta alimentaria a las familias con su Comedor Solidario: “Vos podés tener un proyecto de cosas para hacer y después te encontrás con la realidad. Si un chico viene y no comió en todo el día, ¿cómo lo vas a hacer entrenar una hora y media? O si viene a jugar en ojotas. Cuando ves toda la situación entendés que hay que trabajar con las necesidades”, explica Germán.
El objetivo próximo del club es tener un playón deportivo para así sumar otras actividades como básquet, patín, vóley y futsal, pero no alcanzan los recursos económicos para hacerlo. Solamente reponer una pelota de fútbol para el entrenamiento cuesta diez mil pesos.
“A los políticos les digo que nos den un poquito más de bolilla a los clubes, porque necesitamos inversión en infraestructura. Para los chicos de los barrios hacer disciplinas, que son más caras que el fútbol, es inalcanzable. Y en el fútbol también, hay que trabajar con los chicos para que pueda salir otro Di María”, concluye Germán.