En los barrios populares, a través del trabajo comunitario en nuestras Casas de las Mujeres y Disidencias, realizamos acompañamientos a personas víctimas de violencia de género, llevando adelante uno cada 33hs. Más del 70% pudo hacer la denuncia, pero sólo 1 de cada 3 logró la implementación de las medidas de protección.
Además, durante la pandemia fueron más de 600 los casos en los que brindamos contención emocional y apoyo al momento de realizar las denuncias.
“Esto es producto de una sociedad machista y patriarcal que nos somete a las mujeres y diversidades sexuales como si fuéramos propiedad de los varones”, comenta Laura Ozun, quien integra y dirige el equipo de comunicación del observatorio.
“En el 76% de los casos, el femicida pertenecía al círculo íntimo de la víctima, es decir, que se tratan de hombres conocidos. El 59% de los femicidios ocurrieron en manos de su pareja o ex pareja”. Además, agregó: “El 50,3% ocurren en la vivienda de la víctima y 6,9% en la casa compartida con su agresor”.
La Justicia tiene que contener y resguardar a la víctima, en muchos casos no lo hacen: «El sistema judicial es obsoleto en su forma de actuar, ya que no capacita a su personal en perspectiva de género para poder tomar decisiones más efectivas”.
“Registramos 9 casos en el año donde el femicida pertenece a alguna fuerza de Seguridad. Eso también implica que los agresores no solo tienen acceso a un arma de fuego para amedrentar a la víctima, sino conexiones y complicidades con las instituciones”.
Todos los días en Argentina estamos expuestas a ser asesinadas. Necesitamos medidas de protección efectivas y políticas públicas que apunten a lograr la independencia económica y atender la emergencia habitacional. ¡Vivas nos queremos!