«Cocinar es político. Nuestras cocinas son políticas. Podemos dialogar y decir quiénes son los candidatos de la derecha y ultraderecha, qué son los derechos que nos quieren quitar y qué son los derechos que nosotras tenemos que seguir luchando para conseguir».
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El feminismo villero llegó a Brasilia, la capital política de Brasil, para nutrirse de la experiencia local de las Cozinhas Solidarias, que ya son ley en la tierra de Freire y de Marielle.
La Negra Albornoz compartió con el Movimiento de Trabajadores Sin Tierra de Brasil , Movimiento de Pequeños Agricultores de Brasil, Fundación Osvaldo Cruz y Fundacio?n Rosa Luxemburgo y un seminario y una recorrida por el espacio alimentario popular «Sol Nascente». La ruta de la lucha contra el hambre y la pobreza nos encuentra a través de toda Latinoamérica enarbolando las banderas del reconocimiento salarial al trabajo comunitario.