A pesar de tanta libertad publicitada, controlada a palos y militarización, contra los parlantes del miedo, el pueblo llega a la Plaza de la humanidad.
Por las y los pibes de 2001, contra el ajuste de la crueldad, por las ollas de nuestros comedores. Unidad de los trabajadores, y al que no le gusta… ¡se jode, se jode!