18 mayo, 2009
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Consternados, rabiosos

Mario Benedetti.

Haciendo gala del mismo descaro que manifiestan ante cada aniversario del nacimiento del Che, cuando el mercado presenta la oportunidad de aumentar la venta de merchandising revolucionario y entonces transforman su discurso, siempre falaz y grotescamente escindido de la acción, los grandes medios de desinformación ponen ahora en oferta un profundo dolor por la ¿muerte? de Mario Benedetti.

Un mortal de poesía, de amor, de letras, tal vez pueda encontrar el fin de un camino a la hora de morir, pero un hombre de lucha, de sueños y de revolución, a lo sumo se aleja para tomar envión. Ese extraordinario ser que de repente parecen añorar los grandes monopolios de la comunicación ha dejado un legado de coherencia que los deja en evidencia, una vez más. Mientras estén preocupados por vender o consumir más y más ejemplares en los kioscos de diarios, humectando la ley de oferta y demanda con las lágrimas que producen sobre su adiós, nosotros estaremos ocupados en que jamás puedan enterrarlo.

Simplemente, como ayer, como hoy, como mañana, seguiremos levantando su bandera cultural, latinoamericana, guevarista, reflexiva, activa y militante. Nosotros, los que extrañaremos su prosa y su magia literaria como la más bella expresión de un espíritu revolucionario cautivado por la Revolución cubana, rendimos y rendiremos siempre nuestro homenaje al pensador uruguayo avanzando hacia la utopía que lo elevó hasta estar nube, estar lluvia, estar estrella.

Mario Benedetti, con Daniel Viglietti.Ese hombre, que por estas horas descubren admirar los dueños de la mentira, los editores de los ejemplos, los comerciantes de la dignidad, regará su inmortalidad sobre tanta inmoralidad, pero no por sus obras; no por sus premios; no por su talento. Nuestro Mario será eterno porque la convicción de entregar su vida por una causa justa le ha otorgado la capacidad de escribir maravillas como éstas. Que a nadie se le olviden.

No hubo dos Benedetti, ni tres, ni cuatro. Hubo uno: el escritor inigualable, el poeta inmortal y el ser tan humano convivieron 88 años sobre la única plataforma ideológica que permite terminar de entender la realidad de su vida, para empezar a entender la irrealidad de su muerte.
 

Hasta (la victoria) siempre, Mario.

 

SOBRE EL CHE (octubre de 1997):

Mario Benedetti, y el Che.Lo han cubierto de afiches, de pancartas
De voces en los muros
De agravios retroactivos
De honores a destiempo

Lo han transformado en pieza de consumo
En memoria trivial
En ayer sin retorno
En rabia embalsamada

Han decidido usarlo como epílogo
Como última thule de la inocencia vana
Como añejo arquetipo de santo o Satanás.

Y quizás han resuelto que la única forma
De desprenderse de él
O dejarlo al garete
Es vaciarlo de lumbre
Convertirlo en héroe
De mármol o de yeso
Y por lo tanto inmóvil
Mejor como mito
Silueta o fantasma
Del pasado pisado

Sin embargo los ojos incerrables del Che
miran como si no pudieran no mirar
asombrados tal vez de que el mundo no entienda
que treinta años después sigue bregando
dulce y tenaz por la dicha del hombre.

 

SOBRE FIDEL (agosto de 2006):

Mario Benedetti, y la propiedad privada.“He pasado en Cuba varios períodos: la primera vez como invitado y luego varias más como exiliado. Desde su estallido, la Revolución Cubana fue una gran sacudida para nuestra América. En el Río de la Plata, los sectores culturales habían atendido primordialmente a Europa, pero la Revolución nos hizo mirar a América Latina. No sólo para interiorizarnos de los problemas del subcontinente sino también para aquilatar el poder y la presión de los Estados Unidos.

 En cuanto a la personalidad del propio Fidel, debo consignar que estuve varias veces con él y pude apreciar la sencillez de sus planteos, un inesperado y excelente nivel cultural, la franqueza de que hacía gala ante nuestras objeciones y su infranqueable voluntad de defender y mejorar el nivel de su pueblo.

Los datos, fácilmente comprobables, de que en la isla virtualmente no existen analfabetos (pude ver a octogenarios que asistían a clases de enseñanza primaria), que la atención a la salud es gratuita y del mejor nivel (de mi propio país viajan constantemente enfermos de cataratas y hasta de ceguera, que son atendidos gratuitamente y regresan totalmente recuperados), no deben olvidarse a la hora de juzgar su trayectoria.

En esta ocasión de sus bien ganados ochenta, es bueno que le regalemos nuestro sincero reconocimiento”.

 

Y OTRA MÁS, SOBRE EL CHE (octubre de 1967):

Mario Benedetti, rumbo a la utopía.Así estamos
consternados
rabiosos
aunque esta muerte sea
uno de los absurdos previsibles

da vergüenza mirar
los cuadros
los sillones
las alfombras
sacar una botella del refrigerador
teclear las tres letras mundiales de tu nombre
en la rígida máquina
que nunca
nunca estuvo
con la cinta tan pálida

vergüenza tener frío
y arrimarse a la estufa como siempre
tener hambre y comer
esa cosa tan simple
abrir el tocadiscos y escuchar en silencio
sobre todo si es un cuarteto de Mozart

da vergüenza el confort y el asma
da vergüenza cuando tú comandante estás cayendo
ametrallado
fabuloso
nítido

eres nuestra conciencia acribillada

dicen que te quemaron
con qué fuego
van a quemar las buenas
las buenas nuevas
la irascible ternura
que trajiste y llevaste
con tu tos
con tu barro

Mario Benedetti, de América Latina.dicen que incineraron
toda tu vocación
menos un dedo

basta para mostrarnos el camino
para acusar al monstruo y sus tizones
para apretar de nuevo los gatillos

así estamos
consternados
rabiosos

claro que con el tiempo la plomiza
consternación
se nos irá pasando
la rabia quedará
se hará más limpia

estás muerto
estás vivo
estás cayendo
estás nube
estás lluvia
estás estrella

donde estés
si es que estás
si estás llegando

aprovecha por fin
a respirar tranquilo
a llenarte de cielo los pulmones

donde estés
si es que estás
si estás llegando
será una pena que no exista Dios

pero habrá otros
claro que habrá otros
dignos de recibirte
comandante.

Hace click, para escuchar el poeta al Che, leído por Mario Benedetti.

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1 Comentario;

  1. En cambio una puerta es tantas cosas. Cuando está cerrada, y siempre lo está, es la clausura, la prohibición, el silencio, la rabia. Si se abriera (no para un recreo, o para un trabajo, o para una sanción, que son otras tantas formas de estar cerrada, sino para el mundo) sería la recuperación de la realidad, de la gente querida, de las calles, de los sabores, de los olores, de los sonidos, de las imágenes y el tacto de ser libre. Mario Benedetti ‘Primavera con una esquina rota’
    Siempre mezclando poesía con política. Sus libros y poemas serán siempre el más vivo recuerdo que nos quedá para quienes realmente nos va a doler no poder contar con un escrito nuevo.

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