Año a año, se vacía de contenido y de corredores la Carrera de Miguel, que lejos de multiplicarse, va restando participantes a la misma velocidad que va sumando “apropiadores”. Cada edición, presenta menos pies para que camine la memoria y más manos oportunistas, izquierdas o derechas, desesperadas por manotear al menos un pedacito de fama o un cachito de glamour progresista, en esa exposición mediática que, tan cómodamente, le terminan rasguñando a Miguel, explotándolo con la misma desfachatez que el gobierno macrista y los insólitos medios de masiva incomunicación.
Clarín, histórica y absurdamente proclamado “descubridor” de Miguel, como si su esencia radicara en una producción periodística y no en una vida de militancia en contra de todo eso que Clarín representa, volvió a dar vergüenza con otra cobertura que lo descubre; un mísero recuadrito resultó la extensión apropiada, para que una foto de agencia y un texto de atletismo se burlaran de los lectores, como se burlan de todos los que defendemos la memoria, día a día, contra los que defienden la falsa identidad de los hijos robados por los responsables de que ayer no haya estado corriendo Miguel.
La Nación, careado ante su descaro, le dedicó tres renglones a la Carrera, para saldar la cuota mínima que el periodismo le reclama a la indignidad de los que cobran un sueldo a cambio del olvido. Y desde la vereda de enfrente, esta vez no tanto, Página 12 hizo exactamente lo mismo. Ahí, una columnita reservada para esos temas que a nadie le interesan, pero cuidan la diplomacia, dio cuenta de una maratón que, aparentemente, no tuvo más que resultados deportivos y que, insólitamente, cuestiona al gobierno porteño por no haberle dado a la Carrera el valor que esos mil caracteres tampoco le dan. Sólo Tiempo Argentino destacó en un recuadro, también insignificante, la pedorrísima convocatoria que tuvo la décima edición, con apenas 2 mil corredores, pero casualmente olvidó mencionar que 500 eran militantes de esta organización, levantando esos 422 carteles, curiosamente invisibilizados en todas las fotos publicadas. “También hizo ruido La Poderosa”, dice el textito, que tuvo tantas líneas como la victoria del Catania sobre el Palermo, por la liga italiana de fútbol.
El “ruido”, que ningún otro medio resalta y que Tiempo Argentino deja filtrar entrelíneas, fue un poquito más que eso. Ante la desidia de los organizadores y de tantos que construyen su falsa militancia tomando por asalto al sudor de Miguel, La Poderosa inundó la pista de conciencia, para impedirle a Mauricio Macri la apropiación de la misma Carrera que intentó vaciar de contenido, con promotoras y aerobic, desde el inicio de su gestión. Invirtiendo nuestro presupuesto comunitario para financiar los micros, las banderas, los bombos, los carteles, las camisetas, los recuerdos y la memoria, fruto de muchísimas noches de trabajo y desvelo, las villas pudimos ponernos 422 camisetas de Miguel y sacamos a la calle 422 razones para que el Jefe de Gobierno se vaya corriendo; 422 argumentos consensuados en las asambleas poderosas, que además serán publicados este mes en La Garganta, nuestra revista de cultura villera.
A pedido de Pascual, un pibe recientemente asesinado en la Villa 31, por la ausencia criminal de las ambulancias del SAME, levantamos también una bandera con 422 globos, para que Macri se vaya volando. Y como broche, repartimos miles de prendedores, con un solo mensaje: “Prendete a la lucha de Miguel Sánchez, ¡Macri no te enganches!”. Sin embargo, para los medios del poder económico, pasaron inadvertidos los reclamos populares, con la complicidad de esos soldaditos jefes, presuntamente condenados a una obediencia debida.
Reproduciendo la misma lógica que exhibe una militancia fervorizada para copar marchas y pantallas de televisión, pero acusa un ausentismo crónico en el compromiso de base y el trabajo territorial, la Carrera de la memoria pareciera haberse llenado de voceros, mucho más ambiciosos de cámara y micrófono que de Memoria y Justicia. Quizá por eso, la convocatoria en Resistencia fue un papelón. Quizá por eso, en Bariloche corrieron 200 personas. Quizá por eso, se llevaron a Quilmes la despoblada Carrera de la Provincia. Y quizá por eso, esconden a La Poderosa, en ese pacto de silencio compartido entre todos los que, sin sudar una sola gota, quieren atribuirse la identidad de los que lucharon.
Ya no sorprenden, aburren. Pero aunque ayer no nos hayan visto, estuvimos, como estamos hoy y estaremos mañana. Podrán replantearse su sensatez, alguna vez. O podrán escribir ficticias crónicas, novelar asalariadas opiniones, mandar mails por millones y firmar grandilocuentes comunicados, desde cualquier solitario rincón de una biblioteca progresista, pero ya no podrán manipular impunemente la figura de Miguel, que se volvió poderoso en la calle y en el campo popular.
No nos detuvieron, ni nos detendrán. A quienes cuestionan al tragicómico macrismo por otorgarle a la Carrera la misma importancia que sus diarios le dan, les dedicamos entonces esta galería de fotos, nutrida de imágenes florecidas en esa jornada del 3 de abril, que lamentablemente no pudieron ver, ni publicar, ni sentir. Mientras tantos pelean por el cartel, nosotros levantamos los nuestros, tras las huellas de Miguel:
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Felicitaciones por la movida, …. ¿leyeron el articulo de Fernandez Moores?, un periodista deportivo. Luego de leer su nota y la de él, me dio un buen panorama de todo el tema, aporta algunos datos historicos de la carrera, como comenzó, y de la vida de Miguel que le dan sustento a la nota.
Saludos.
Chicos los felicito..!! un abrazo desde Roma……saluden a Elvira Sanchez..