Después de varios meses de lucha frente a la injusta resolución del Gobierno de la Ciudad, que impide la entrada de materiales al barrio, logramos el primer permiso para que un vecino ingrese en forma legal todo lo necesario para refaccionar su casa. Hace mucho tiempo ya, desde la asamblea poderosa estamos tramitando las autorizaciones para las familias que necesitan con urgencia reacondicionar sus hogares y, por fin, cansados de golpear puertas cerradas, revivimos sepultados en sus cajones. Por eso, este mes, queremos celebrar, no cambio en la actitud pedante y abandónica de la gestión macrista, sino el orgullo que sentimos: tanta lucha no fue en vano. Con este envión, impulsaremos la resolución de casos similares, porque ante la embestida de la represión y la exclusión, las villas respondemos con resistencia y autogestión. Del Che aprendimos a soñar un Hombre Nuevo, construyendo identidad con estímulos morales. Y hoy podemos dar fe: están llegando los materiales.
