La asamblea poderosa de Fátima no se duerme en los laureles. En realidad, no se duerme en ningún lado, porque llegamos a diciembre con los ojos bien abiertos, soñando despiertos… No sólo abrimos un día más de apoyo escolar comunitario, para los chicos del secundario, y otro día de fútbol popular, sino que además comenzamos un taller de tejido. Y en tren de seguir regando utopías, estamos por inaugurar un centro cultural en los próximos días. Allí, funcionarán las actividades de educación popular, nuestro centro de jubilados «Sueños de experiencia» y el plan de alfabetización cubano “Yo sí puedo”. Además, habrá computadoras para que los estudiantes hagan sus trabajos y los adultos sus currículums. Sí, será un espacio del barrio, para el barrio. Porque un centro cultural es una trinchera, con las puertas abiertas para cualquiera. Y una plataforma de resistencia al olvido, de nuestros seres queridos. Por eso, este centro también será de Miguel, un vecino del alma que nos dejó hace poquito, pero que vendrá a la inauguración, a los talleres de oficio y a los cine-debates, como viene a cada asamblea popular, donde La Poderosa decide por consenso acelerar y acelerar. Ya nadie nos va a parar.
6 diciembre, 2012
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De local en el centro cultural
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