Día a día, padecemos los atropellos de la Policía Federal, que utiliza su poder para maltratar a los jóvenes. No parece una causa justa, juntar gorras para tapar gorritas. Semanas atrás, varios pibes se disponían a jugar a la pelota, pero como no traían encima el documento de identidad, porque vivían a dos cuadras del potrero, los policías los agredieron física y verbalmente. Repudiamos los golpes y los palos: no somos muñecos, somos seres humanos.
6 diciembre, 2012
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