El diccionario de Macri tiene una larga definición de “vaguedad”, pero parece no entender nada de la palabra humanidad. Ante cada PROblema, el barrio no se queda quieto, pero la única salita de salúd está vaciada de insumos y de respeto. Tememos por nuestros chicos, frente a esta realidad, porque la salita sólo abre cuando reparten un vaso de leche, como si eso fuera suficiente para sanarnos de una enfermedad. Tras varios años reclamando, “una solución de inmediato”, ya llegó otro invierno y, con él, su maltrato. Así, la propuesta palpable sigue siendo la desesperansa estable, pero la decidia nos hace dar otro brinco, cuando llamamos al SAME y nos atiende la operadora 575: “La salita debe funcionar entre las 9 y las 18”. Sí, el periodismo chocho, pero eso no es cierto y nosotros no queremos que la discriminación se cobre otro muerto. Si de verdad dicen que ese horario se debiera respetar, los invitamos a fiscalizar… Y si no, vamos a comparar: desde la asamblea poderosa, tomamos un cuaderno y fuimos a contrarrestar nuestra salita con una de Palermo. Seguro dirán que estuvimos mal, pero encontramos una diferencia abismal. Y por supuesto, nos hizo alegrar que ahí tenían los medicamentos que aquí nossuelen faltar… De las horas de atención, mejor ni hablar. Pues bien, ¡así se hace! Ahora, les resta igualar, para que los pobres también nos podamos enfermar.
14 mayo, 2013
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Condenados a la sala de espera…
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RAMONA LOS MIRA
1 Comentario;
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El tiempo pasa ,pero las buenas acciones de los funcionarios responsables de las mejoras en salud del barrio ,NO PASAN.
Abrazos poderosos!!!