Que no tengan nombres las calles del barrio, nos perjudica a diario. Aunque parezca una simple carencia, porque pone en peligro nuestra cotidiana subsistencia. Y si no entendés por qué, acá te transmitimos una urgencia, para que tomes conciencia: aun cuando la ambulancia tiene la voluntad de acudir a nuestro llamado, no nos encuentra por ningún lado. Pero este no es el único problema que impera en este sitio y podrán comprobarlo todos los que vengan por los caminos de ripio. Sí, por la gestión de algún caradura, llegar a Cordones incluye “turismo aventura”. Disfónicos y cansados, ya no pedimos caminos asflatados, porque antes de arreglar las rutas debieran arreglar la moral, ésa que dejaron olvidada en este abandono estructural.
14 mayo, 2013
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Cordones desatados…
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