Imaginate que vas a caminando por la calle y te llevan sopre. ¿Por qué? Por pobre. Al rato, te dejan en libertad, pero debés regresar para firmar por seguridad. No vaya a ser que te fugues, como los condenados por lesa humanidad. No tenés nada que ver, pero en 15 días tenés que volver. Y como queres vivir en paz, vas. Antes de ir a la comisaría, pasás a buscar a tu madre que trabaja en una portería. No es una criminal. A la salida, te topás con una persecución policial. Te paran, justo ahí. Te piden DNI. Vas a ser testigo. De pronto, sos enemigo. La gorra pregunta si debés alguna firma. Lo confirma. Te asegura que sos villero. Te fuerza a subir al patrullero. Forcejeas, feo. Hay video. Jurás que no hiciste nada. Que ibas a saldar a tiempo la firma adeudada. Te lo niegan. Te esposan. Te pegan. Otro rati se sube a una moto, burlándose de tu queja. Casi pisa a tu vieja. No está tu viejo. Se rompe un espejo. Ahora vas preso por eso, pendejo. Salís corriendo. Tu mamá se queda discutiendo. La maltratan. Y se roban tu documento… ¿Viste esa impotencia que tenés? Se llama Código de Faltas cordobés.