Tempranito a la mañana, hoy se sumó un nuevo integrante a nuestra caravana, recién llegado de otra tierra maradoniana, para traernos una propuesta muy grosa: “La película de La Garganta Poderosa”. Tirando planos para el Festival de Cine y Derechos Humanos, lo conocimos el año pasado en Capital Federal, cuando el asesinato de Kevin lo hizo cruzar el umbral: se sacó el traje de documentalista y se vistió de asambleísta, como si no viniera de la otra punta del planeta, o como si hubiera nacido en Zavaleta. Desde ese día, comenzó a respirar “La Poderosa Scampía”, una junta vecinal italiana en sintonía con nuestra organización latinoamericana, sobre una misma moto sin frenos: “Así nació el corto ‘Ni un pibe menos’”. Ya por diciembre de 2013, confirmando que nada es lo que parece, tuvimos la posibilidad de acompañarlo a esa barriada, donde la comunidad organizada ya marchaba a mil, articulando su trabajo con nuestra cooperativa textil y tratando de juntar algo de guita, “vendiendo las revistas del Pipita”. Comunicados mensualmente, como todos los focos de esta construcción independiente, entendimos que Nápoles no era parte de un viejo continente, sino parte de otro naciente, porque además de la zurda que lo une con la Argentina, “su gente se identifica con América Latina”. ¿Y entonces, qué tenemos por delante? “Lo más importante”. ¿Que sería? “Afinar La Garganta desde Scampía, contraponiendo esta misma convicción a estos mismos problemas de discriminación”. Tras esa meta trazada, el tipo cayó en la favela pacificada, con los bolsos llenos de ideales y los bolsillos vacíos de reales, listo para sumarse a nuestras acciones, no sin antes aceptar las condiciones: “Acá, wachín, se hincha por Higuaín”. Alta noticia, hermanos, en otra alta semana… ¡Ahora vamos por la integración latinapolitana!

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