Una violenta incursión del grupo Geof en el barrio Mitre arrasaba con todo a su paso. Patearon la puerta en la casa de Alan Tapia y le pegaron un balazo. A eso, para la Justicia lo compensa que el criminal actuó «en legitima defensa», no porque la víctima actuase con agresividad, sino por «el contexto de peligrosidad». Tenía 19 años, daba clases de tango, era un laburante y militaba en el Colectivo Militante. Un año después, su asesino quedó libre y su familia desconsolada. ¡Nos mataron a otro pibe y no pasa nada! Otro día de mierda, otro barrio roto y muchos como Alan puteando frente a esta foto.