Aunque el barrio tenga más de 13 años, padecemos muchos problemas igual que el primer día. Por comodidad y por desinterés, Resistencia carece de una política seria que elimine la contaminación: basurales a cielo abierto y lagunas de oxidación abundan a metros de los asentamientos. En Mate Cosido están a sólo cien. Y en el Barrio 29 de Agosto, la distancia es menor a la mitad. La intendencia tuvo 12 años para transformar, y así lo hizo: multiplicó los basurales. Eso sí, no se privó de colocar un cargador solar para celulares. A partir de este mes, habrá un cambio de color partidario en nuestra ciudad: nosotros esperamos que también cambie el olor.
2 diciembre, 2015
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De olores y colores
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