Al norte, limitamos con la estepa patagónica. Al sur, con la ciudad que lleva el nombre de un genocida. Hace 12 años ocupamos estas tierras fiscales, iniciando una historia que contaba con unas pocas familias, que ahora somos 1.200. Bautizamos nuestro barrio como “Fiske Menuco”, que en lengua mapuche significa “pantano helado”, ya que ése era el nombre de estas tierras antes de que llegara Julio Asesino Roca con su ejército en 1879. El municipio presionó para proponer otro nombre, mientras el Concejo Deliberante aun no oficializa el que elegimos en asamblea. ¿Por qué? Porque nuestros gobiernos son etnofóbicos, y nunca firmarían un nombre originario en su gestión: en nuestro barrio y en toda la ciudad habitamos muchos mapuches que también somos negados como pueblo. Sin embargo, nos organizamos ante esta gestión que nos niega el agua potable, el gas y en algunos sectores del barrio, la luz. Elaboramos la cartelería con los nombres de las calles y de los espacios públicos. Nos organizamos para que nuestros pibes y pibas tengan clase de apoyo en un salón, para que en la canchita se enseñe rugby, fútbol y vóley. Estamos trabajando en una huerta comunitaria. Aunque nos sigan marcando como ilegales, no nos van a vencer, porque acumulamos mucha experiencia: llevamos 500 años en la resistencia.
1 diciembre, 2015
,
