Pese a tener las prioridades institucionales y los compromisos pasionales con mucha nitidez, el club San Lorenzo de Almagro abrió sus instalaciones a los pibes y pibas de Fátima: un Poderoso Ciclón de visitante en la cancha del histórico campeón. No importó que desde Mendoza les quieran arruinar la fiesta: las fuerzas básicas nos guiaron por la cancha, y cerramos una jornada a puro fútbol.
Fuimos a pie, porque la cancha es del barrio y ya nos estaba aguardando. Ahí estaban nuestros amigos que nos invitaron a la banca: en ese lugar donde muchos quieren entrar con ilusión, pudimos conocer con emoción. Foto acá, foto allá, risa acá y ¡a calentar! Las inferiores de ellos ya nos esperaban. Con sólo estar en una cancha de 11, ya nos sentíamos ganadores.
Fuimos a pie, porque la cancha es del barrio y ya nos estaba aguardando. Ahí estaban nuestros amigos que nos invitaron a la banca: en ese lugar donde muchos quieren entrar con ilusión, pudimos conocer con emoción. Foto acá, foto allá, risa acá y ¡a calentar! Las inferiores de ellos ya nos esperaban. Con sólo estar en una cancha de 11, ya nos sentíamos ganadores.
No importó el resultado, no importaron los goles en contra. Importó el abrazo, importaron las sonrisas… Qué sarta de mentiras: ¡GANAMOS, CARAJO! ¡En todas las categorías! Pero también goleamos a la indiferencia, que en nuestro barrio no tiene clemencia. ¡Vení, vení, luchá conmigo, que un ciclón vas a encontrar, que de la mano más Poderosa, todos la vuelta vamos a dar!
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