11 julio, 2016
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«Otra vez fuimos víctimas de un feroz operativo policial»

Por Gabriela Olguín, presidenta de la Cooperativa de Trabajo El Adoquín que integra la CTEP.

 

Ayer, otra vez nos cayó sorpresivamente un operativo feroz de la Policía Federal, parecido a los que ya hubo en Flores, Liniers y Caballito, con 300 policías de Infantería y agentes pertenecientes al Ministerio de Espacio Público de la Ciudad de Buenos Aires. 

 

Otra vez, porque ya en 2013 logramos resistir otro avasallamiento, que nos fortaleció: hoy somos 380 trabajadores organizados en la cooperativa El Adoquín, integrada por artesanos, manualistas y microemprendedores que trabajamos juntos desde hace 7 años en la feria de San Telmo. 

 

Actualmente, estamos en la ilegalidad. Esto es así desde que se votó la ley 4121 en 2011, que incluyó la modificación del artículo 83 del Código Contravencional que nos permitía vender por mera subsistencia en la calle. 

 

Sin embargo, según una resolución de la Defensoría General de la Ciudad, fuimos declarados como «una experiencia social protegida». Estamos organizados dentro de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular, y hasta con nuestras propias manos le hicimos los rosarios al Papa. Pero ni eso alcanzó para tener un diálogo integral con el Gobierno de la Ciudad que nos permitiera “pasar a la legalidad”. 

 

Ayer, desde las seis de la mañana, cuando empezamos a armar los puestos, la Policía trató de impedir que pudiéramos trabajar. Por eso, nos movilizamos ahí mismo y logramos que la Fiscalía levantara el operativo al mediodía. Pero cuando todo parecía solucionado y estábamos laburando tranquilos, a las dos horas nos cayó otro operativo que buscaba decomisar nuestras pertenencias. 

 

Pero hay algo que no ellos no saben: nosotros de la calle no nos vamos. 

 

Por suerte, a esa hora del mediodía ya estaba llena de turistas la feria que abarca desde Defensa y San Juan, hasta de Defensa e Independencia. En esa esquina nos plantamos y armamos una barricada, con una olla popular. Así, pudimos garantizar que los compañeros tiraran el paño algunas horas, para que pudieran llevarse algo de comer a la casa.

 

No es imposible un acuerdo con el gobierno de la Ciudad, pero acá hay intereses económicos muy fuertes por la «puertomaderización» de San Telmo y todos los barrios del sur. No es por el ordenamiento del espacio público que nos persiguen, sino porque hay un negocio inmobiliario detrás.

 

Exigimos un diálogo con el macrismo que decante en la aprobación de la ley, o en la creación de un programa de ferias de la Economía Popular que nos incluya. Podríamos tener una feria hermosa, organizada, sin el manejo de coimas; seríamos una garantía para el Estado. Sin embargo, parece que al Gobierno de la Ciudad esto no le sirve, ya que quienes toman las decisiones nunca nos recibieron. En la gestión anterior teníamos diálogo con el Viceministro de Espacio Público, Patricio Di Stefano, pero con el nuevo Ministro de Espacio Público, Eduardo Macchiavelli, nunca pudimos reunirnos: desde su llegada cambió todo. 

 

Las luchas se ganan en la calle, y desde ahí también pelearemos en los frentes jurídico y legislativo. Porque si nos tocan a uno, nos tocan a todos.

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