13 septiembre, 2016
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“Miré de frente a los acusados y les pregunté qué hicieron con mi hijo”

* Por Catalina Sánchez, madre de Ricardo Cittadini, desaparecido en 1976.

 

Cuando nos despedimos, el 31 de julio del ’76, se bajó del tren tres veces para volver a darme un beso y un abrazo. En la tercera, el tren ya estaba arrancando. Esa, fue la última vez que lo vi… Durante esas semanas, hasta que desapareció el 17 de agosto, yo le escribí tres cartas y me las contestó. Sus respuestas no las tengo, desgraciadamente. Pero las llevo guardadas en mi corazón. 

 

 

Ricardo tenía 21 años cuando lo secuestraron. Hoy, yo tengo 91, y sigo luchando por justicia.

 

Somos una familia muy grande y en el ‘76 ya habían nacido mis 11 hijos. La última vez que lo vi fue ese mismo año, en Mar del Plata. Nos encontramos junto a su papá y algunos de sus hermanos que viajamos desde la Patagonia para el bautismo de uno de mis nietos, que sería su ahijado. En esos días, Ricardo nos había comentado acerca de su militancia en la JUP y la situación política conflictiva que se estaba viviendo. Mi esposo habló con él, y cuando entendió que estaba involucrado en actividades que podían ponerlo en peligro, le pidió que dejara de estudiar Ciencias Económicas en La Plata y volviera a Chubut. Todavía hoy me resuena su respuesta: “No, no saben lo que me piden”. Él no quería irse, porque estaba convencido que debía participar de acuerdo a sus convicciones.

 

 

A los días de ese último encuentro, nos enteramos que lo habían secuestrado. El entonces comisario Miguel Alcides Viollaz y el oficial Nicomedes Mercado, no dejaron registro de su detención en la Comisaría 28° de Barracas, en la Ciudad de Buenos Aires, donde fue sometido a torturas. Hoy, ambos están cumpliendo prisión domiciliaria y pidieron no estar presentes en el juicio, pero el abogado querellante, Pablo Llonto, defendió el pedido de la familia para que se quedaran a escuchar las audiencias.

 

Luchamos durante diez años a brazo partido para encontrarlo: viajamos innumerables veces a Buenos Aires; me entrevisté con tantas autoridades religiosas, militares y amigos como pude. También le escribí a un ex alumno mío que era Mayor del Ejército, quien me prometió ayudarme con todo cariño, pero cuando lo volví a llamar no me atendió. Y no me respondió, nunca más.

 

Mientras tanto, yo escribía en un cuaderno mis reflexiones, pero después se me ocurrió escribirle a él. En una gran carta le iba contando todo lo que pasaba: ‘Se casó tu hermana’, ‘Ya tenés siete sobrinitos’. Pero a los diez años le puse: ‘Me parece que te estoy escribiendo al cielo’. Desde entonces, empecé a estar más tranquila.

 

Hace dos semanas, cuando testifiqué en el juicio, miré de frente a los acusados y les pedí que me respondieran tres preguntas: ¿quién los mandó a capturar a mi hijo?, ¿por qué? y ¿qué hicieron con él? Gracias al dato aportado por otra persona secuestrada junto con él aquella tarde, pudimos iniciar la investigación que llegará a su fin con el veredicto que se conocerá mañana. Por primera vez en la historia, una comisaría porteña de la Policía Federal -cita en la Avenida Vélez Sársfield 170- está siendo investigada como centro clandestino de detención. Y Viollaz es el primer comisario de esa fuerza en llegar a la instancia de juicio oral y público.

 

Cuando falleció mi marido, pusimos una foto de Ricardo sobre su pecho. Y en la placa, los nombres de los dos para poder llevarle simbólicamente una flor a ese lugar. Sin embargo, mi gran deseo es saber dónde están sus restos. Sólo así, podré darle cristiana sepultura, que es lo menos que se merece.

1 Comentario;

  1. Gran respeto y admiracion a esta madre que sea orgullosa de su hijo y que como tantas otras sufrio esta desgracia por culpa de uno inescrupolosos y genocidas asesinos que no tendran jamas perdon hasta despues que no esten en este mundo…!!

    Hasta la victoria siempre volveremos…!! Hernan

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