20 octubre, 2016
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Una vez más, paradas de manos

*Por Julio Pereyra, comunicador de la asamblea poderosa de Yapeyú

 

 

Otra vez, cientos de miles de mujeres en todo el país se comieron las calles, sin importar ninguna adversidad climática, buscando generar, paso a paso, el mínimo de consciencia necesario: sepamos, de entrada, que cada 30 horas se produce un femicidio.

 

 

Paradas de manos

 

Sin embargo, sabemos que de estadísticas no podemos vivir: queremos vivir en un mundo sin violencia de género. Y salimos a gritar Ni Una Menos por un hecho simple y a la vez complejo, el de que están matando mujeres, por ser mujeres. Porque la sociedad es machista, el mercado es machista, el capitalismo es machista y también todos nosotros, un poco más o un poco menos, somos machistas.

 

 

Y por eso, además de salir a las calles para exigir que se respete el derecho básico a la vida, a la identidad y a la integridad, también luchamos por combatir los micromachismos. Son pequeños detalles, pequeñas actitudes, pequeños gestos y comportamientos, sí, pero generan, reproducen y justifican violencia y más violencia.

 

 

Como si fuesen poco, como si fuesen inferiores, como si no fueran relevantes sus opiniones, sus pensamientos, sus alegrías, sus sentimientos, sus miradas, sus sonrisas, sus enseñanzas. Porque a la sociedad que le brota el machismo por cada poro, por cada célula de su cuerpo, solo le interesa criticar a las mujeres por cómo están vestidas las que están vivas, o cómo lo estaban, a las que mataron.

 

 

Sin embargo, haciendo autocrítica y desarmando nuestras propias prácticas para volverlas a armar, acá estamos, parados de manos: la única forma de empoderarnos es organizándonos, para luchar contra el patriarcado avalado por el Estado, maximizado por los medios de comunicación y practicado por millones de nosotros.

 

 

Que quede bien claro: No queremos ni un macho más, porque no queremos ni una piba menos.

 

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