El calor de la tristeza ahogó una vez más a la Villa 21-24 de Barracas. El nudo de nuestros corazones y la bronca de nuestras mentes se expresaron en una marcha, que de nuevo pareció otra mancha negra dentro de la agenda mediática. Un puñado de mujeres poderosas se hizo eco de aquel reciente paro nacional de mujeres para agitar las banderas de Ni una Menos. El último sábado le tocó a Elida del Valle Barrios, de 39 años, y en su memoria caminamos para pedir justicia.
Recordamos el caso de Micaela Gaona, también asesinada en julio del año pasado. Todas juntas denunciamos con nuestra presencia e impotencia en la plaza 8 de diciembre, donde la mataron a Elida y con una misa, a cargo del padre Toto, la despidieron. La columna de luto se movió desde Luna e Iriarte hasta el lugar de la masacre.
Los pasos se entremezclaron, con las antorchas en alto, y se acompañaron del silencio ruidoso de vecinos del barrio, de Zavaleta, de las escuelas, de organizaciones sociales compañeras, de las salitas y la iglesia. Inundamos de repudio las calles contra Lucio Sánchez, su asesino. Y exigimos al Estado que termine con este mar de impunidad que cobra fuerza en este sistema patriarcal.