21 noviembre, 2016
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Laucha, ¡presente!

*Por la poderosa asamblea tucumana de Vía Diagonal Norte

 

Los domingos familiares en casa de su abuela Lidia son tradicionales en la Diagonal Norte. “Laucha”, como le decíamos los que lo teníamos cerca, aprovechaba los fines de semana para reunirse con sus primos y amigos a jugar a la pelota en el taller de Fútbol Popular, ya que durante la semana tenía escuela y vivía en el barrio de La Rinconada. A pesar de todo lo que se hable de la muerte de lauchita: las causas, la consecuencia y los culpables, nada de esto será consuelo para su familia, quienes perdieron a un enano inocente con una sonrisa imborrable, que llenaba de alegría a todo su hogar, un ángel que hoy ya no está.

 

Gustavo Guerrero tenía apenas 5 años, murió el viernes 11 cuando un árbol cayó sobre la combi que lo transportaba al jardín. El hecho ocurrió por la mañana en la Avenida Solano Vera al 1000.

 

Su muerte causó mucho dolor a todos sus familiares, amigos y vecinos. Porque lauchita era un niño, porque estaba yendo al jardín, porque vieron el dolor de la madre y el padre, por el estado en que quedó el vehículo, por la dimensión del árbol caído, porque podría haber sido peor. Y porque podría haber sido evitado.

 

Tan grande fue la conmoción que se generó una convocatoria espontánea en la Municipalidad, donde decenas de vecinos y familiares cortamos la avenida principal de Yerba Buena: un hecho trascendental en esta localidad, en la que hasta ahora predominaba el silencio ante las problemáticas.

 

 

Con la fuerza de todos los que nos encontramos, los familiares ingresaron para hablar con el Intendente quien luego se sumó a la oración que se realizó en la gruta donde todos los presentes dejaron fotos de Laucha y velas prendidas. “Siento un dolor muy grande. Pero no voy a culpar a nadie, no quiero que mi hijo sea pantalla de ningún político”, dijo el padre, Gustavo Guerrero, quien salió a aclarar la postura de la familia luego de los comentarios que circularon en redes sociales y en medios de comunicación.

 

Algunos actores políticos del oficialismo y la oposición quisieron agarrarse de la desgracia de esta familia sin respetar el duelo, como práctica habitual de estos sectores que quieren sacar ventaja con el dolor ajeno. En esa caravana de mezquindades, de un lado están quienes intentan deslindarse de responsabilidades que les son propias para no asumir el costo político y del otro, quienes buscan bajar a su oponente para escalar en puestos de poder. En el medio queda la única realidad que hay que atender: un barrio de luto, una familia destruida a la que nada ni nadie le devuelve la vida de Laucha, y una causa que queda abierta con la necesidad de que la investigación de los hechos continúe para que la familia y la sociedad en general podamos reparar el dolor de esta pérdida, y para que conociendo las verdaderas causas de ahora en más se implementen medidas concretas para prevenir futuras tragedias evitables como ésta.

 

Mientras tanto nos quedamos con el recuerdo de laucha pateando la pelota en El Sapito, con la imagen de sus manos sosteniendo la bandera con la que peleamos ese lugar tan importante para su familia y la comunidad, por el que vamos a seguir luchando para que todos los chicos como él tengan donde crecer jugando.

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