Cuando los sicarios de Benetton reventaron la mandíbula del mapuche Emilio Jones Huala, Facebook nos dejó publicar la imagen del cuello agujereado, pero manteniendo a resguardo la sensibilidad de todos ustedes: «Esta foto se ocultó, porque muestra contenido para adultos, como violencia gráfica». Y para no ser menos, Clarín dobló su compromiso paternalista: «Esta foto ni siquiera se publicó, porque muestra contenido para adultos, como violencia a los gráficos», en la puerta de AGR, donde los trabajadores sufrieron las balas de su lockout patronal. Ahora, cuidarnos, lo que se dice cuidarnos, por suerte nos cuida Jorge Triaca, que no para de firmar conciliaciones obligatorias, caigan bien o caigan mal.
Todas, eso sí, entre las empresas y el gobierno nacional.