15 enero, 2017
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Lo que el agua nos dejó

*por Mayra, vecina del Barrio Madres a la lucha, Río Gallegos.

 

¿Cómo comencé el año? Durante 2016 trabajaba en una empresa, que se fue a la quiebra y me dejó de pagar. Era fin de año y ése era el único ingreso de mi familia. El 30 de diciembre llegué a casa, re cansada, y encontré que el mayor de mis 4 hijos estaba con un dolor de panza que no se calmaba. A la medianoche, lo lleve a la guardia del hospital donde quedó internado de urgencia por apendicitis. Entonces, le pedí a mi comadre que cuidara a los chicos en mi ausencia. Esa noche no tuve contacto con nadie pues estaba esperando al cirujano que llegó a las 10 de la mañana del 31.

 

 

La historia recién comienza: al mediodía me avisaron que mi casa estaba inundada y que estaban evacuando la zona. Y lo peor: que se querían llevar a mis hijos. Le pedí a mi comadre que no los soltara, tenía miedo porque no sabía con quiénes los iban a dejar. ¿Y si me los sacaban? Yo no estaba de joda, me encontraba en el hospital con mi hijo internado.

 

Apenas pude volví, y vi todo lleno de agua: mis cosas flotaban a pesar de que después de la primera inundación, en navidad, rellené lo que pude del terreno para levantarlo. ¿Qué perdí? Mi cama, el caloventor, la heladera, el lavarropa a paleta, el secarropa, comida: en resumen, todo. Me desesperé y, sí, lloré de la bronca porque no tenía trabajo, mi hijo estaba internado, mi casa inundada y yo sola con mis niños. No sabía qué hacer.

 

No fueron todas pálidas. Por suerte la operación salió bien y el domingo mi hijo ya estaba dado de alta, pero ¿Adónde iba a llevarlo? La familia de enfrente nos ofreció su piecita. Mientras, los vecinos se organizaban poderosamente para conseguirnos víveres, colchones y ropa, que llegaron enseguida. Fue la gente del barrio la que se contactó con la Municipalidad para que nos asistan. Los funcionarios vieron la situación y al día siguiente nos llevaron a un hospedaje, donde provisoriamente dormimos y nos dan de comer.

 

El Secretario de Desarrollo Comunitario, Adriel Ramos, nos prometió una solución en 10 días, “un departamentito para que estés con tus hijos”. No sé si será así porque no lo volví a ver. Luego se acercaron desde la ONG “Ayudanos a Ayudar” y me aconsejaron que si me ofrecieran un terreno lo aceptara, aunque fuera lejos. Yo no tengo plata para comenzar desde cero, no sé cómo voy a hacer, lo que sí sé es que hoy no tengo nada. Por lo pronto, hace pocos días comencé a prueba en un trabajo y estoy reacomodando mi casa para volver, como se pueda. Mi anhelo es tener mi hogar bien para que mis hijos estén calentitos y cómodos. Como sea, me voy a esforzar por ellos, porque su bienestar es mi prioridad.

 

Seis años pasaron ya desde que nos establecimos en el barrio Madres a la lucha, en una situación económica muy crítica. Hace tiempo que pedimos ayuda para rellenar los terrenos, para tener servicios y estar mejor, pagar por todo eso como cualquier vecino, pero nunca tuvimos respuestas del estado. Hay gestiones municipales que jamás llegaron hasta acá. Recién ahora, con las inundaciones, se están acercando.

 

Fuimos varias las familias afectadas por las lluvias y tememos que vuelva a suceder, o más bien, sabemos que va a volver a suceder si no se toman cartas en el asunto. Lo que pasó es la consecuencia de años de falta de presencia del Estado, de tantos años de mirar para el costado.

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