*Por la asamblea poderosa del B° 11 de Enero, San Miguel de Tucumán
Como siempre pasa, no entramos en la agenda política del Estado. Luego de sus campañas partidarias, se olvidaron de las promesas de soluciones a todas nuestras necesidades. Por eso ahora pegamos un grito con razón: ¡Queremos URBANIZACIÓN!
Los vecinos del 11 de Enero seguimos llevando como etiqueta “asentamiento”. Una etiqueta un poco inestable, porque al no estar dentro de los parámetros que el Estado aplica para ser un barrio con todas las letras, continuamos en una situación vulnerable, frente a los desalojos, frente al olvido, y sin respuesta a todas nuestras necesidades.
El pasado jueves 9, una típica tormenta de la época, para nada leve, pero tampoco de las peores, nos dejo agua y barro dentro de nuestras casas.
No sabríamos decir cuántos milímetros cayeron, porque estábamos ocupados, tratando de salvar algunos de nuestros colchones que se mojaron.
Pero que no se malinterprete. No se preocupen por esos colchones, ya se secaron y los volvimos a usar. Queremos que resuelvan el problema de fondo. La calle está mucho más arriba del nivel de nuestras casas.
«No sirve que traigan colchones o ropa, porque esto va a seguir pasando si las calles siguen así». Advierte Eli, una de varias vecinas que armaron un pedido formal que se presentó en la secretaría de obras Publicas de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán, (expediente numero 1933/260).
Anteriormente ya tuvimos un encuentro cara a cara, con el subsecretario de Obras Publicas Juan Atilio Belloni. Quien fue al barrio, pero no aportó ninguna solución real, al pedido de los vecinos.
En épocas de lluvias pasa esto y no dormimos. Las calles se vuelven intransitables, tanto que algunos de los changuitos y algunas de las changuitas pierden el año en la escuela, al no poder salir de sus casas, aun días después de las tormentas por la cantidad de barro que se acumula.
Ni bien terminamos de sacar el agua y el barro, que llego hasta el fondo de nuestras casas, ya tuvimos que encarar un nuevo día laboral y escolar.
«Aquí cuando llueve es imposible de cruzar. Los chicos perdieron casi medio año por culpa del barro, el año pasado», cuenta Sole.
El reclamo urgente es: “la nivelación de la calle” para que todo lo que arrastre la lluvia desemboque en el canal y no en nuestras cocinas, baños, habitaciones, y en nuestro merendero.
“Hace un tiempo, hicimos una colecta y con el aporte de varios vecinos, pagamos una máquina para que nivele un poco la calle. Porque antes era peor todavía», nos cuenta Silvia.
Pero esta urgencia puntual, no nos quita la mirada en el foco de todo el pedido. Necesitamos una solución integral, “un proyecto de mejoramiento barrial”. Porque la solución de fondo tiene que ser superadora. Porque también resulta, que cuando llueve medio fuerte nos cortan el agua. Porque no podemos quejarnos en la SAT (Sociedad Aguas de Tucumán), al no tener medidores para pagar. Porque las cloacas no están. Porque las escrituras tampoco. Y porque si no hacemos algo, el Estado como siempre se olvida de nosotros.