Desde el Frente de Géneros Tandil, venimos a gritar y exigir justicia por Micaela, una piba militante y compañera, como tantas otras que la violencia machista nos mató. El martes 11 marchamos, porque faltan muchas de nosotras.
Una vez más, las instituciones estatales fueron las responsables del femicidio. No se trata sólo de un asesino o de un violador, sino de un Estado femicida que no ejecuta el presupuesto de la emergencia, que gritamos todas las mujeres del país, cada vez que salimos a las calles porque nos mataron una más y porque estamos cansadas que no se reconozcan nuestros derechos eternamente postergados.
Tenemos una justicia que nos quita protección a las mujeres. Una justicia que abandonó a Micaela y a su familia, como cada mujer que es asesinada en nuestro país cada 18 horas. Una justicia sorda, ya que no escucha cuando realizamos una denuncia. Como también, una justicia ciega, porque no quiere ver nuestras marcas o cicatrices, aún para constatar una denuncia.
Tenemos un estado patriarcal, punitivo, ausente y cómplice. Un Estado que siempre duda de lo que decimos y llega a hacernos sentir culpables. Un Estado que nos oprime y nos violenta por ser mujeres, pero aún más si somos villeras o trabajadoras de la economía popular.
Muchas quedaron en el camino, pero somos muchas más las que estamos vivas, empoderadas y más fuertes que nunca para seguir luchando. Por ellas seguimos en este camino con más convicciones que nunca. Las levantamos en nuestras banderas y las reivindicamos y las recordamos cada día.
Volvimos a salir a la calle, porque si se meten con una se meten con todas.
¡Gritamos desde abajo, el patriarcado al carajo!