No alcanza con que una película villera llegue al Gaumont, para romper el aislamiento hace falta inclinar aún más la balanza y llegar con “Ni un Pibe Menos” a todas las salas del país.
Pero como no nos olvidamos de nuestro origen, el documental se proyectó también en la Casa de la Cultura de la Villa 21-24, a metros de Zavaleta y bien cerquita de Kevin y su familia.
Nada, ni nadie, pudo callar su grito de justicia. Ni siquiera el tiroteo de dos bandas narcos ajenas al barrio, ni la zona liberada por las fuerzas de seguridad que nos deben cuidar, ni los medios de comunicación que arman su propio cerco mediático.
¡Miren cuántos fueguitos que conocieron su historia! Miren a todos esos vecinos que se llevaron esta historia bien guardada en la memoria.
¡A Kevin y a la villa no los callan nunca más!