El domingo 3 de septiembre todos terminamos la semana con una sonrisa inmensa. Se realizó en el barrio Santa Rita, chacra 118, una fiesta que rebalsó de alegría y mucha diversión. Aproximadamente 100 pibes junto a sus madres y padres, se congregaron en la plaza para compartir y formar parte de la segunda Kermés Barrial, esta vez, para festejar el día de la niñez.
A medida que avanza y se consolida la poderosa asamblea misionera nos dimos cuenta que existe una centralización de las ofertas culturales en Posadas, que nada tiene que ver con nuestro día a día y como siempre ocurre, nunca llega a los barrios más vulnerables y alejados del centro de la ciudad.
Y no. No nos acostumbramos a quedarnos con los brazos cruzados. Entonces, con la idea de transformar la realidad y nuestra calidad de vida mejorar, nos propusimos a generar nuestros propios espacios culturales, en donde todos podamos tener acceso a un festival, autogestivo y organizado con nuestras propias manos, para ver a nuestros pibes disfrutar y jugar. Porque acá nadie esta a favor de la baja a la edad de imputabilidad.
A partir de ahí nos pusimos manos a la obra para hacer realidad el objetivo. El domingo desde temprano un grupo de vecinos se encontraron en la plaza de la chacra 118 para empezar a poner en condiciones, limpiar, decorar y ambientar el espacio para recibir a los niños en la tarde. Se prepararon los juegos y también los premios, no para alimentar el individualismo mezquino o la competitividad, sino para incentivar el compañerismo y construir más comunidad.
Se hicieron las 16 y empezó el primer torneo de Fútbol Popular por el día de la niñez, dando inicio también a la kermés. Pasaban los minutos y llegaban los vecinos con sus hijos e hijas. Ahí nomás los pibes, se organizaron en filas para poder participar de los juegos: con una pelotita, derrumbaron una y otra vez las pirámides de latas, saltaron sin parar en el infaltable castillo inflable, con los ojos tapados buscaban morder las manzanas que colgaban en el aire, y hasta posaron para que un artista dibujante les hiciera un retrato caricaturesco. Con cada juego iban sumando puntos y lo más importante de todo sumaban sonrisas y corrían contentos. Por otro lado, las pibas que participan de martes a viernes de 18 a 20, del taller de danzas árabes, hicieron su primera presentación y deslumbraron con sus coreografías.
Aproximadamente a las 18 dejaron de lado los juegos para juntar fuerzas y energía; llegó la hora de compartir una taza de chocolatada caliente con bizcochuelo y pastafrola. Así, entre risas, gritos, música y merienda de por medio, decenas de niños disfrutaron un día soleado, lleno de juegos, en un festival popular y autogestivo.
Ante la falta de ofertas culturales de parte del Estado, demostramos que con participación y organización podemos construir nuestros propios espacios culturales. Y mejor tarde que nunca, en Santa Rita nos juntamos a bailar, jugar, festejar el dia de la niñez: mucha gente pequeña, en lugares pequeños, podemos cambiar el mundo.