Allá viene, mirá, paralo.
Olvidate, ése no para.
¿De dónde salió?
De Villa Cordobita, Tandil.
¿Ahí no usaban una carcasa como biblioteca?
Sí, pero al final arrancó.
¿Quién lo reparó?
Leyó tanto que aprendió.
¿O sea, un barrio que arrancó?
Eso, se puso en marcha.
¿Y el taller mecánico?
Se puso literario.
¿Pero no tiene ruedas?
Todos esos libros.
¿Combustible?
Todos esos niños.
¿Y el vigilante?
Abajo, por la puerta de atrás.
Ahora, ¿quién lo maneja?
Una asamblea entera.
¿Da boletos?
Una máquina expendedora de ideas.
¿Así llegó al centro?
Sí, al centro cultural.
¿Y entra tanta gente?
Siempre, de pie.
¿Ramales?
Apoyo escolar, fútbol popular, comunicación social y Frente de Géneros.
¿Va por ahí?
No tengan dudas.
Okey, ¿cuánto cuesta?
Uf, un re bondi.
¿Muy caro?
No, gratis.
¿Y suben vendedores?
Panes rellenos, ensaladas de frutas…
¿Muchos laburantes?
Textiles, gastronómicos, hortícolas.
¿Discapacitados?
Los que no sueñan.
¿Y les dan los asientos?
Claro, son cooperativas.
Ah, ¿viene con morfi?
Alta merienda, todos los días.
¿Todos los días?
Aquí no se baja nadie.
¿Pero es larga distancia?
Larguísima.
¿Y hasta dónde va?
Hasta la victoria, siempre.