El 29 de diciembre cumplimos 10 años y por eso este sábado 2 nos encontramos a las 14 en el Complejo Cultural y cerramos a las 18 con una merienda popular. ¡Habrá feria, muestra de talleres y radio abierta!
En el año 2007 levantamos nuestras casas en los terrenos lindantes al vaciadero municipal. Éramos muchas familias en Río Gallegos que no teníamos para pagar un alquiler y se había puesto de moda entre las inmobiliarias no aceptar niños ni mascotas. Los precios se habían disparado, no había trabajo y la crisis social afectaba a toda la población. Así, igual que ahora.
Previo a asentarnos acá en lo que hoy es nuestro barrio, habíamos ido muchas veces a la oficina de Tierras alertando a las autoridades acerca de nuestra urgencia de no tener un lugar donde vivir y hasta abrimos expedientes que ahora nos informan desde el municipio están extraviados. Ese año 2007 no hubo clases, ya se denunciaba en las protestas y acampes multitudinarios de los trabajadores estatales el vaciamiento que estaba sufriendo la provincia.
A pico y pala abrimos las calles, fuimos delineando los lotes, pasamos los primeros meses sin luz, sin agua y cercados por la policía que amenazaba con desalojarnos. Resistimos, como resite hoy en Río Negro la comunidad mapuche Lafken Winkul Mapu, sabemos nosotros vecinos del Madres a la Lucha lo que se siente cuando el Estado te trata como delincuente por exigir nada menos que un Derecho Constitucional.
Hace dos años muchos de nosotros, fundadores y vecinos del barrio, nos unimos a la asamblea de La Poderosa. Y así, hermanados con otras asambleas barriales de Latinoamérica, hemos llegado hasta donde nunca imaginamos llegar, la lucha grande del campo popular.
Nueve meses pasaron desde que inauguramos este año el merendero y son tantos los espacios que fueron creciendo que no nos deja de asombrar: cine, música, teatro, apoyo escolar, cocina, peluquería, radio, carpintería, fútbol, huerta infantil, costura y danza. Es que desde hace 10 años sabemos que con el trabajo colectivo todo avanza y la fuerza imparable de nuestras bases hace que todo sea concretable.
¡Ya se escucha, ya se siente, el Madres dice presente! Queremos compartir esta felicidad que no nos deja aflojar, somos un barrio sin servicios que resiste con Dignidad.
¡Hasta la urbanización, siempre!